10 de julio - LA SANGRE DEL AMOR

10 de julio - LA SANGRE DEL AMOR
"La sangre divina se amasa con el fuego del amor divino, porque por amor se derramó", escribió Santa Catalina de Siena en sus cartas. Ante ella, el amado discípulo del Señor lo había dicho: "Nos amó y nos lavó en su Sangre". El don de la Sangre fue, de hecho, como la coronación de un testimonio continuo de amor, que fue toda la vida de Cristo. Por amor se encarnó, por amor vivió entre nosotros, por amor hizo maravillas, por amor lloró ... y finalmente nos dio la prueba suprema del amor: «No hay mayor prueba de amor que dar vida a los que se aman. ». Tampoco fue el clavo, que todavía es Santa Catalina quien habla, suficiente para mantenerlo atascado, si el amor no lo hubiera querido, porque la Sangre se derramó con fuego de amor ». Si pudiera surgir duda sobre esta verdad deslumbrante, sería suficiente mirar la abundancia de la Sangre derramada y las atrocidades de los dolores sufridos para convencernos de que todo nos habla de un exceso de amor. «Mi hija, Jesús le dijo a S. Gemma Galgani, mírame y aprende cómo amas. ¿No sabes que el amor me mató? Estas heridas, esta Sangre, estas contusiones, esta cruz es todo el trabajo del amor ». ¿Y cómo respondimos a tanto amor? Un rápido examen de conciencia nos dice que fuimos realmente ingratos. Oremos ahora a él así: «Señor, cuando mis labios estén cerca de los tuyos, hazme sentir tu hiel; cuando mis hombros descansen sobre los tuyos, hazme sentir tus flagelos; cuando mi cabeza se acerque a la tuya, hazme sentir tus espinas; cuando mi lado se acerque a tu lado, déjame sentir tu lanza; cuando tu carne se comunique con la mía, hazme sentir tu Pasión »(Holy Gemma).

EJEMPLO: En Baralastro, durante la revolución española, los rojos habían capturado a un seminarista de 18 años. Sin embargo, al verlo valiente e imperturbable, lo cubrieron con insultos y lo golpearon sin piedad, pero esto no fue suficiente para quitarle la alegría de la cara. Irritados por tal firmeza, decidieron matarlo. "Que muera como Cristo", dijo uno de ellos, y lo clavaron en una cruz hecha de tablas. El joven también era fuerte en el andamio y no pronunció un lamento. Antes de expirar, solo estas palabras salieron de sus labios: "¡Jesús, por tu amor y por la salvación de mi país!".

PROPÓSITO: Amarás a Jesús con toda tu mente, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas.

GIACULATORIA: Oh Sangriento Corazón de Jesús, que arde de amor por mí, inflama mi corazón de amor por Ti.