10 de mayo San Giobbe. Oración al santo

 

I.- Oh, el bendito Job, por la admirable conformidad que tuviste en toda tu vida con el Divino Salvador, de quien fuiste profeta y una de las figuras más expresivas, dignate para obtener la gracia de poder copiar fielmente a Jesús, nuestro modelo, y así estar en el número de los predestinados para la gloria, reservado para aquellos que se encontrarán conformes a la imagen del Hijo de Dios. Pater, Ave, Gloria.

II - Oh, bendito Job, por la admirable compasión que creció contigo desde la infancia por los pobres y los tribulados, para que puedas estar orgulloso de ser el ojo de los ciegos, el pie de los cojos, el padre de los pobres, el apoyo. de los vacilantes, el consolador de los afligidos, obtengan la gracia de saber compadecer y ayudar a nuestros vecinos en sus tribulaciones, y sobre todo de saber compadecernos de los amargos dolores internos de Jesús en agonía y merecer para que Él también nos consuele en nuestras aflicciones y en las nuestras agonías Pater, Ave, Gloria.

III. - Oh, bendito Job, por la admirable fortaleza mental con la que apoyaste el abandono de tus amigos, que no tenían una palabra de consuelo y consuelo para ti, sino ridículo y amargos reproches, obtén, te rogamos, la gracia de soportar los dolores que pueden hacer que nuestros vecinos y miembros de la familia sean tan fuertes, y permanecer siempre fieles al único amigo verdadero Jesús, que nunca abandona a sus amigos, sino que los consuela con el tiempo y los corona en la eternidad. Pater, Ave, Gloria.

IV. - Oh, el bendito Job, por el admirable ejemplo de que dejaste el heroico desapego de todo bien de esta tierra al sostener en paz la pérdida de sustancias y las amargas privaciones de la mayor pobreza, obtén la gracia de estar en el número de esas almas que el Divin Salvatore llamó a los bendecidos porque, pobres de espíritu, sufren los efectos de la pobreza en paz o, incluso abandonando bienes, se separan de sus corazones y felizmente aseguran el reino de los cielos.

Padre, Ave, Gloria.

V.- Oh, bendito Job, por la admirable paciencia con la que sufriste las duras pruebas a las que el Señor quería someterte, y fuiste tan digno de ser propuesto como modelo para aquellos que sufren en este valle de lágrimas, haz que te lo supliquemos, la gracia ser constantemente pacientes en las tribulaciones de la vida, y mantener, por ejemplo, siempre vivo en nosotros el espíritu de fe y confianza, del cual sentimos la necesidad de santificar nuestros dolores y honrar las agonías de Jesús, repitiendo en cada evento la palabra que nos enseñó y que forma la ciencia, la virtud, el tesoro de sus verdaderos amantes: ¡Fiat voluntas tua!

Padre, Ave, Gloria.