20 DE JUNIO BENDITA VIRGEN MARIA CONSULADORA. ORACIÓN

Nos dirigimos a ti, oh Virgen Consolata,
muro inexpugnable y fortaleza donde te salvan.
Disipar el consejo del mal,
el dolor de tu gente se transforma en alegría,
hace que tu voz se escuche en el mundo,
fortifica a los que están dedicados a ti,
aboga por el don de la paz en la tierra.
Acompaña con tu poderosa intercesión
nuestra diócesis de Turín,
quien te invoca como patrona.
Eres, oh Madre de Dios, la puerta de nuestra esperanza.

Ave Ave Ave Maria
reza, reza, reza por nosotros.

Los proclamamos bendecidos, somos personas de todas las generaciones,
o Virgen Consolata;
en ti, el que vence todo,
Cristo nuestro Dios se ha dignado a habitar.
Bienaventurados los que te tenemos como defensa,
porque intercedes día y noche por nosotros.
Te alabamos:
"¡Hola, o lleno de gracia, el Señor está contigo!"

Ave Ave Ave Maria
reza, reza, reza por nosotros.

¿Cómo llamarte, oh María, llena de gracia?
Te llamaré cielo:
porque has sacado el sol de justicia.
Paraíso: porque en ti
La flor de la inmortalidad ha florecido.
Virgo: porque has sido inviolado.
Madre pura: porque llevaste un Hijo en tus brazos,
Dios de todos nosotros.
Reza para que salve nuestras almas.
Oh Madre de Dios, eres la vid verdadera.
Quien dio el fruto de la vida.

Ave Ave Ave Maria
reza, reza, reza por nosotros.

Te suplicamos: intercede, oh Virgen Consolata,
con los apóstoles y con todos los santos
para que Dios tenga misericordia de nosotros sus hijos.
Le rogas al que nació de ti,
o Virgen Madre de Dios,
la oración de una madre puede hacer mucho
para obtener la benevolencia del Hijo.
De hecho, él es misericordioso y puede salvarnos,
El que ha aceptado sufrir
para nosotros en su carne.

Ave Ave Ave Maria
reza, reza, reza por nosotros.

Te alabamos, porque por la cruz de tu Hijo
el infierno ha sido vencido y la muerte mortificada,
y hemos sido marcados por la resurrección
y hechos dignos de la vida eterna.
Bendito eres mil veces
o Virgen Consolata!

Ave Ave Ave Maria
reza, reza, reza por nosotros.