27 de agosto: devoción y oraciones en Santa Mónica por las gracias

Tagaste, 331 - Ostia, 27 de agosto de 387

Nació en una familia profundamente cristiana de buenas condiciones económicas. Se le permitió estudiar y lo aprovechó para leer la Biblia y meditar sobre ella. Casado con Patrizio, un modesto dueño de Tagaste (Numidia), aún no bautizado, cuyo carácter no era bueno y que a menudo era infiel, con su carácter suave y dulce pudo superar la dureza. En 371 Patrick se convirtió al cristianismo y se bautizó. Patrizio murió al año siguiente; Mónica tenía 39 años y tuvo que hacerse cargo de la administración de la casa y la administración de los activos. Dio a luz a su primogénito Agostino a los 22 años de edad, en 354. Tuvo otro hijo, Navigio, y una hija cuyo nombre se desconoce. Les dio a los tres una educación cristiana. Sufrió mucho por la conducta floja de Agustín. Cuando se mudó a Roma, decidió seguirlo, pero él, con una estratagema, la dejó en el suelo en Cartago, mientras se embarcaban hacia Roma. Mónica pasó la noche llorando sobre la tumba de San Cipriano (como el propio Agustín cuenta en las Confesiones, V, 8,15:385). En 25 pudo embarcarse para Roma, y ​​se unió a su hijo en Milán, donde ocupó una cátedra de retórica. Su amor maternal y sus oraciones favorecieron la conversión de Agustín, quien recibió la catequesis de San Ambrosio y fue bautizado el 387 de abril de 56. Con Agustín salió de Milán a Roma, y ​​luego a Ostia, donde alquilaron una casa, esperando de un barco con destino a África. Fue un período lleno de diálogos espirituales, que Agustín nos trae de vuelta a sus Confesiones. Allí cayó enfermo, posiblemente con malaria, y murió en nueve días, a la edad de XNUMX años.

ORACIÓN DE UNA MADRE

en Santa Mónica para un niño engañado

Oh Dios, quien dio la conversión de su hijo Agustín a las lágrimas de Santa Mónica para que de tu enemigo fuera una de las luminarias de tu Iglesia, mira mis lágrimas y contesta las oraciones de una madre desolada.

El dolor de verte indignado por el hijo que me diste para convertirlo en un santo es la prueba más terrible a la que puedo ser sometido en esta vida. Dios mío, si esto se debe a mis pecados, castígame de otra manera, pero deja que mi hijo deje de ofenderte. Deh! perdónalo y perdóname, Señor, para que ambos disfrutemos de la buena fortuna de alabarte y bendecirte para siempre. Que así sea.

ORACION EN SANTA MONICA

Esposa y madre de las virtudes evangélicas indescriptibles, que el Buen Señor ha dado la gracia, a través de su fe inquebrantable antes de cada prueba y a su oración de confianza constante, para ver a su esposo convertido Patrick y su hijo Agustín, acompañarnos y guiarnos, novias y madres en nuestro arduo camino hacia la santidad. Santa Mónica, tú que has alcanzado las alturas del Altísimo, desde que te has despertado e intercedido por nosotros como tambaleándote en el polvo de mil dificultades. A ustedes les confiamos a nuestros hijos, les hace una copia justa de su Agostino y nos da la alegría de vivir con ellos momentos de intensa espiritualidad que vivieron en Ostia, para estar juntos donde están. ¡Recoge todas nuestras lágrimas, riega la madera de la Cruz de nuestro Jesús para que brote abundantes gracias celestiales y eternas! Santa Mónica reza e intercede por todos nosotros. ¡Amén!

NOVENA A SANTA MÓNICA

PRIMER DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, para que al poner humildemente nuestro corazón ante Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

modestia
Señor, Dios Todopoderoso, que te deleites en embellecer tu elección, sierva Santa Mónica, desde su tierna infancia, con los adorables dones de la modestia, la castidad y la modestia, virtudes por las que ella te agradó, concédeme la gracia de ámalos y practícalos como ella, para que como ella yo pueda servirte, Dios mío y Señor, en medio de las vanidades y corrupciones de este siglo y así lograr las recompensas que has reservado para tus elegidos en la dicha eterna. Amén. Tres Pater, Ave, Gloria

Oración

(repetir todos los días de la novena):

Santa Mónica gloriosa y bien aventurera, grande en paciencia, magnánima en gozosa esperanza en el triunfo, esposa sabia y prudente que supo edificar tu casa y en ella brillabas como el sol al amanecer en las alturas del cielo, y en todo fuiste ejemplo claro de la mujer cristiana. Ahora que estás en la tierra de los que viven para siempre, donde no hay llanto, ni gemido, ni dolor, recuerda a los que todavía lloran y gimen, en los valles donde lloraste y gemiste, intercede ante el Señor para tener compasión. de tantas madres y esposas en sus tribulaciones, escucha nuestras oraciones y concédenos, como tú, ver el fin de todos nuestros deseos, y merecer un día para reinar y descansar en gloria como tú, rodeados de todos nuestros amados de corazón y así bendecir con ustedes las misericordias eternas del Señor por los siglos de los siglos. Amén

SEGUNDO DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

Devoción
Oh Dios de infinita gloria y majestad que inefablemente se deleita en los sentimientos de piedad y devoción con que te amó tu más fiel servidor Santa Mónica, cuando con tanto placer prefirió los secretos placeres de la oración y la meditación a las seducciones del siglo y algo de carne. Concédeme, por intercesión de ese devoto servidor tuyo, la gracia de que te sirvo y te ame sin pecado hasta la muerte y que prefiera siempre el gozo de complacerte a todas las vanidades y dulzuras de la tierra y así mereces degustar algún día. los eternos y purísimos placeres de la gloria. ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

TERCER DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

Zelo
Oh, Dios infinitamente amable y adorable, que infundiste en el corazón de tu amada sierva Santa Mónica el celo de tu gloria y la salud de las almas, que siendo esposa atribulada y afligida, supo vivir en silencio la copa de sus tribulaciones y con sus santísimos ejemplos. ¡Y los consejos han podido edificar y consolar a muchas madres y esposas! Concédeme que ella también sepa sufrir en silencio y edificar a mis vecinos con mis palabras y ejemplos como supo hacerlo, para que pueda servirte con todo el corazón y aprovechar situaciones para la santificación y para tu gloria, de acuerdo con los designios de tu hermosa voluntad! ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

CUARTO DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

Oración
Oh Dios clemente y misericordioso que en el corazón maternal de Santa Mónica inculcaste el espíritu de humildad y oración, mientras ella estaba en constante súplica y oración, en Tu presencia, por la salvación del esposo y la conversión de su querido hijo Agustín, concédeme ese mismo espíritu de humildad y oración. Déjame saber orar ante Ti por las grandes necesidades de mi alma y de todos los que me has confiado, y que merezco alcanzar, para mí y para ellos, primero tu gracia, luego tu gloria. ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

QUINTO DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

Fede
Oh Dios todopoderoso y en las promesas más fieles, que te has dignado inspirar a tu sierva Santa Mónica con tanta fe por la conversión de su hijo Agustín, te aseguraste de que se cumpliera la profecía de un santo obispo que al ver las lágrimas de Mónica dijo: ¡Es imposible que muera un niño de tantas lágrimas! Concédeme que tenga tanta fe en tu poder y misericordia como ella y que obtenga lo que pido en esta novena y por eso glorifique mi alma, por los siglos de los siglos, ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

SEXTO DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

esperanza
Oh Dios todopoderoso y Padre de grandes consuelos, que se dignó fortalecer en la esperanza el corazón de tu sierva Santa Mónica que en los días más amargos de su tribulación, cuando su hijo se alejó cada vez más de Ti, nunca dejó de esperar con gran confianza. , el cumplimiento de sus deseos por tu misericordia. Concédeme por su intercesión, esa firme esperanza que ella tenía para que yo nunca falte en la oración y merezca obtener las gracias solicitadas para el consuelo de mi alma y para tu gloria. ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

SÉPTIMO DÍA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloran y sufren en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante el Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido por nuestros corazones. Amén

caridad
Oh Dios infinitamente bueno y digno de ser amado, que consoló a tu sierva Santa Mónica en las últimas horas de su vida, que viendo junto a ella a su amado hijo, Agustín, completamente convertido a Ti y santificado por el agua del Bautismo. , proclamó: ahora no me queda nada más que hacer en este mundo que volar hacia Ti para amarte y poseirte para siempre.
Por ese gran amor con el que te amó la madre de Agustín en la tierra, concédeme, oh Dios mío, que te amo como a ella y así vivir desapegado de todas las cosas de este mundo y que nada desee más allá. fuera de ti, para merecer poseer y disfrutar de ti por los siglos de los siglos. Amén. Tres Pater, Ave, Gloria

OCTAVO DIA
Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloramos y sufrimos en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, para que al poner humildemente nuestro corazón ante Dios de toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén

perseverancia
Oh Dios de los elegidos y predestinados, que se dignó concederle a tu sierva Santa Mónica una muerte tan dulce y tan gozosa en tierra extranjera, que sin molestarse en honrar su cuerpo, solo pensó en entregarte su alma y la recomendó. Hijo Agustín para que su cuerpo descanse donde murió, ¡pero nunca se olvide de orar todos los días de su vida por el alma de su madre frente al altar del Señor! Por la preciosa muerte de esa santa madre, concédeme la alegría de morir en Ti y por Ti como verdadera hija de la Iglesia, y la gracia de obtener la posesión de la dicha donde pueda verme rodeada de mi esposo, de mis hijos, de todos los seres queridos de mi corazón y junto con ellos bendigo tus misericordias para siempre. ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria

Noveno día

Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de novias, modelo de madres, consuelo de viudas, esposa admirable a la que Dios infundió el espíritu de oración y concedió ese don de lágrimas con el que supiste hacer violencia al Dios de misericordias, para que se apiade de las tuyas. gemir y finalmente concederte todos tus deseos. Venimos hoy a tus pies, los que lloran y sufren en los tristes caminos de la vida, para rogarte que nos concedas el espíritu de oración que has tenido y el remordimiento que merecen nuestros pecados, por poner humildemente nuestro corazón ante el Dios de Dios. toda piedad y misericordia, alcancemos la gracia de vivir la vida santa que viviste en la tierra y nos merecemos la gloria que ahora disfrutas en el cielo, en compañía de nuestros padres, esposas e hijos y de todos aquellos que por la sangre y el afecto nos pertenece y somos, en Jesucristo, nuestro Señor, amado y querido en nuestros corazones. Amén.

Intercesión de los santos
Oh Dios que siempre te deleites en la gloria de los santos y te muestres admirable en ellos para que sean venerados por el pueblo, por eso en el transporte de las santas reliquias de tu sierva Santa Mónica desde el puerto de la Hostia a la ciudad eterna te dignaste honrarla con el júbilo de los pueblos. que la saludaron al pasar, con la devoción de tantas madres que se acercaron a ofrecer a sus hijos y sus lágrimas y la acompañaron en ese glorioso camino con los prodigios de Tu omnipotencia, haciendo, por su mediación, grandes milagros. Por el dulce perfume que emanan en tu presencia los restos de esa santa y admirable mujer, dignos despertarme de mi tibieza, resucitarme para tu gloria y concédeme lo que te pido para mi eterna salud y para todos los que has puesto bajo mi amor. y mi cuidado. ¡Amén! Tres Pater, Ave, Gloria