28 DE AGOSTO SANT'AGOSTINO. Oración para ser recitada al Santo

Oh gran Agustín, nuestro padre y maestro, conocedor de los senderos luminosos de Dios y también de las formas tortuosas de los hombres, admiramos las maravillas que la Divina Gracia ha obrado en ti, haciéndote un testigo apasionado de la verdad y el bien, al servicio de los hermanos.

Al comienzo de un nuevo milenio marcado por la cruz de Cristo, enséñanos a leer la historia a la luz de la divina Providencia, que guía los eventos hacia el encuentro definitivo con el Padre. Oriéntanos hacia metas de paz, alimentando en tu corazón tu propio anhelo por esos valores sobre los cuales es posible construir, con la fuerza que proviene de Dios, la "ciudad" a escala humana.

La profunda doctrina, que con el estudio amoroso y paciente que has extraído de las fuentes siempre vivas de la Escritura, ilumina a los que hoy son tentados por alienantes espejismos. Consígales el coraje de emprender el camino hacia ese "hombre interior" en el que está esperando Aquel que solo puede dar paz a nuestro corazón inquieto.

Muchos de nuestros contemporáneos parecen haber perdido la esperanza de poder, entre las muchas ideologías contrastantes, alcanzar la verdad, de la cual, sin embargo, su intimidad retiene la conmovedora nostalgia. Les enseña a nunca renunciar a la investigación, con la certeza de que, al final, su esfuerzo será recompensado por el encuentro satisfactorio con esa Verdad suprema que es la fuente de toda la verdad creada.

Finalmente, oh San Agustín, también envíanos una chispa de ese ardiente amor por la Iglesia, la madre católica de los santos, que apoyó y animó los esfuerzos de tu largo ministerio. Concede que, caminando juntos bajo la guía de los legítimos pastores, lleguemos a la gloria de la patria celestial, donde, con todos los beatos, podremos unirnos con el nuevo cántico del interminable aleluya. Amén.