“¿Es cierto que mi esposa me mira desde el cielo?” ¿Pueden nuestros seres queridos fallecidos vernos desde el más allá?

Cuando alguien a quien amamos fallece, nos queda un vacío en el alma y mil preguntas, a las que quizás nunca encontremos respuesta. Lo que más nos preguntamos es si nuestro querido difunto nos está cuidando. cielo.

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La respuesta a esta pregunta está contenida en fe y esperanza de poder algún día volver a ver a la persona que extrañamos. Dependiendo de las culturas y creencias, la respuesta puede cambiar.

Algunos dicen que nuestros seres queridos nos miran desde el cielo protégenos, anímanos y danos apoyo en nuestras dificultades. Creen que son capaces de ver nuestras acciones y emociones, y que pueden ser una fuente de inspiración u orientación para nuestras elecciones de vida. Se dice que son capaces de comunicare con nosotros a través de signos, sueños o intuiciones.

otros en cambio ellos no creen que nuestros seres queridos nos miren desde el cielo. Creen que después de la muerte, la gente está completamente separado de la existencia terrenal y no tenemos oportunidad de observar o influir en nuestras vidas. Según esta visión, la muerte representa fin definitivo de la vida y no hay continuidad de conciencia o presencia más allá de este punto.

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La vida nos fue dada para nuestra salvación.

Las opiniones sobre este tema pueden variar mucho según las experiencias individuales, las creencias religiosas y culturales y las interpretaciones personales. Cuando hablamos del más allá, todo permanece envuelto en misterio y no se sabe. un documento sobre Espada de Dios del Concilio Vaticano II, dice que la vida nos es dada «para nuestra salvación», es decir, mostrarnos todo lo que necesitamos saber para orientar seria y fundamentalmente el nuestro. vida presente en la búsqueda de la felicidad futura y no para satisfacer nuestros deseos.

Por tanto, resignémonos a no tener nunca la respuesta, pero respetamos el pensamiento de todos y aguantemos si queremos aquello que nos hace sentir mejor, imaginar los rostros sonrientes y serenos de los seres queridos que nos miran desde el cielo.