Evangelio del 19 de febrero de 2021 con el comentario del Papa Francisco

LECTURA DEL DÍA Del libro del profeta Isaías Is 58,1-9a
Así dice el Señor: “Clama fuerte, no mires; alza tu voz como un cuerno, declara sus crímenes a mi pueblo, sus pecados a la casa de Jacob. Me buscan todos los días, anhelan conocer mis caminos, como un pueblo que practica la justicia y no ha abandonado el derecho de su Dios; me piden juicios justos, añoran la cercanía de Dios: “¿Por qué ayunar, si no lo ves, mortificarnos, si no lo sabes?”. Mira, el día de tu ayuno te ocupas de tu negocio, acosa a todos tus trabajadores. He aquí, ayunas entre riñas y riñas, y golpeas con puños inicuos. Ya no tan rápido como lo hace hoy, para que su ruido se escuche arriba. ¿Es así el ayuno que anhelo, el día en que el hombre se mortifica? Doblar la cabeza como una caña, usar cilicio y ceniza como cama, ¿tal vez llamarías ayuno y un día agradable al Señor? ¿No es este el ayuno que quiero: soltar las cadenas injustas, quitar las ataduras del yugo, liberar a los oprimidos y romper todo yugo? ¿No consiste en compartir el pan con los hambrientos, en traer a los pobres, sin techo a la casa, en vestir a alguien que ves desnudo, sin descuidar a tus familiares? Entonces tu luz se elevará como el amanecer, tu herida pronto sanará. Tu justicia andará delante de ti, la gloria del Señor te seguirá. Entonces invocarás y el Señor te responderá, pedirás ayuda y te dirá: “¡Aquí estoy!” ».

EVANGELIO DEL DÍA Del Evangelio según Mateo Mt 9,14, 15-XNUMX
En ese momento, los discípulos de Juan vinieron a Jesús y le dijeron: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, mientras que tus discípulos no ayunan?"
Y Jesús les dijo: "¿Pueden los invitados a la boda llorar mientras el novio está con ellos?" Pero vendrán días en que el novio les será quitado, y entonces ayunarán ".

PALABRAS DEL SANTO PADRE
Esto de quitar la capacidad de comprender la revelación de Dios, comprender el corazón de Dios, comprender la salvación de Dios, la clave del conocimiento, podemos decir que es un grave olvido. Se olvida la gratuidad de la salvación; se olvida la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios, para ellos Dios es el que hizo la ley. Y este no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es Dios que comenzó a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, Dios que camina con su pueblo. Y cuando pierdes esta relación cercana con el Señor, caes en esta mentalidad embotada que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la ley. (Santa marta, 19 de octubre de 2017)