Jesús nos enseña a mantener la luz dentro de nosotros para afrontar los momentos oscuros

La vida, como todos sabemos, se compone de momentos de alegría en los que parece que podemos tocar el cielo y de momentos difíciles, que son mucho más numerosos, en los que lo único que nos gustaría es rendirnos. Precisamente en esos momentos, sin embargo, debemos recordar que no estamos solos. Jesús él está siempre a nuestro lado, dispuesto a echarnos una mano.

transfiguración

La experiencia de la transfiguración en Monte Tabor nos enseña que en la vida hay momentos de intensa luz, momentos en los que nos sentimos llenos de alegría, paz y comprensión. Estos momentos son como dioses. refugios, Lugares de refrigerio y consuelo que nos ayudan a afrontar los momentos difíciles. oscuro y difícil.

cómo Pedro, Santiago y Juan, nosotros también podemos vivir momentos de transfiguración en nuestras vidas, momentos en los que nos sentimos llenos de uno luz divina lo que nos transforma y nos da una visión más clara de la realidad. Estos momentos son regalos preciosos que Dios nos ofrece para apoyarnos en el viaje e iluminar nuestros días más oscuros.

Monte Tabor

Jesús nos enseña a mantener la luz dentro de nosotros para afrontar los momentos oscuros

Sin embargo, como Peter deseaba sostén esa luz En la cima de la montaña, a menudo deseamos esos momentos de alegría y luz. duraría para siempre. Pero la vida nos enseña que todo tiene una duración limitada y que incluso los momentos de luz deben dejar lugar a la oscuridad.

Cuando la nube cubra la luz y volvamos a la normalidad de la vida diaria, debemos recordar que incluso en las situaciones más oscuras y difíciles, Jesús está con nosotros. La Su presencia Él es la luz verdadera que nos ilumina en la oscuridad, Su voz es la que nos guía y nos consuela cuando todo parece perdido.

Entonces, en lugar de intentar aferrarnos a la luz a toda costa, debemos aprender a mantén en tu corazón el recuerdo de esos momentos especiales de transfiguración, para que puedan sostenernos y consolarnos cuando la vida nos ponga a prueba. La transfiguración de Jesús en el monte Tabor nos recuerda que incluso en la oscuridad más espesa, su presencia es el faro quien nos muestra el camino a seguir y nos da la esperanza necesario para seguir adelante.