Nuestra Señora de Pompeya sana milagrosamente a una monja

3madonna-el-rosario-de-pompeya1

La Hermana Maria Caterina Prunetti cuenta su recuperación: «Para mayor gloria de Dios y de la Reina celestial, le envío la narración de la maravillosa curación obtenida, adjuntando el certificado médico del cual detectará la grave enfermedad que estaba sufriendo.

Perdí toda esperanza de recuperación, abandoné a los médicos y renuncié a la voluntad divina. A la temprana edad de veintiocho años, ya había hecho el sacrificio de la vida. No obstante, comencé los Quince Sábados en las SS. Virgen del Rosario de Pompeya. El 6 de agosto me sentí empujado con mayor fe a recurrir a la poderosa Reina: - “Querida madre, le dije que San Estanislao, con ocasión de tu gloriosa Asunción, te rogó que vinieras al Cielo para celebrar esta solemnidad, y me respondiste; No me atrevo a pedirte tanto por mi indignidad, pero, si está en conformidad con tu santa voluntad y la de Jesús, te pido la gracia de la salud para poder servir a la comunidad religiosa a la que pertenezco ". En ese mismo momento, no puedo expresar lo que sucedió en mí. Una voz celestial habló a mi pobre corazón y me escuché decir: "¡Quiero curarte! ¡Entonces corresponde a la gracia! " ¡El milagro ya había sucedido! Mis ojos derramaron lágrimas de alegría ... Ese mismo día, pude asistir a las horas canónicas y participar en la cantina común; Después de unos días reanudé los ejercicios comunes, me fui durante cinco años. En una palabra, gracias a la Benefactora celestial estoy completamente curada.

Todas mis hermanas no dejan de aplaudir el milagro. No me queda más que corresponder a la gracia recibida. Siena - Monasterio de la Virgen en el Refugio N. 2, 4 de diciembre de 1904 Hermana Maria Caterina Prunetti Benedettina »