Encomendamos a nuestra familia al Sagrado Corazón en este mes de junio

Muy dulce corazón de Jesús, que hizo su consoladora promesa a su gran devota Santa Margarita María: "Bendeciré las casas en las que se expondrá la imagen de mi Corazón", dignamos aceptar la consagración que hacemos de nuestro familia, con la cual pretendemos reconocerte como el Rey de nuestras almas y proclamar el dominio que tienes sobre todas las criaturas y sobre nosotros.

Tus enemigos, oh Jesús, no quieren reconocer tus derechos soberanos y repetir el grito satánico: ¡no queremos que él nos gobierne! atormentando así a tu Corazón más adorable de la manera más cruel. En cambio, te repetiremos con mayor entusiasmo y mayor amor: Reino, oh Jesús, sobre nuestra familia y sobre cada uno de los miembros que lo componen; reina en nuestras mentes, porque siempre podemos creer las verdades que nos has enseñado; reina sobre nuestros corazones porque siempre queremos seguir tus mandamientos divinos. Sé tú solo, divino Corazón, el dulce Rey de nuestras almas; de estas almas, a quienes has conquistado al precio de tu preciosa sangre y a quienes quieres toda la salvación.

Y ahora, Señor, según tu promesa, trae tus bendiciones sobre nosotros. Bendice nuestros trabajos, nuestros negocios, nuestra salud, nuestros intereses; ayúdanos en alegría y dolor, prosperidad y adversidad, ahora y siempre. Que la paz, el respeto, el respeto, el amor mutuo y el buen ejemplo reine entre nosotros.

Defiéndenos de los peligros, de las enfermedades, de las desgracias y, sobre todo, del pecado. Finalmente, dignate de escribir nuestro nombre en la herida más sagrada de tu Corazón y nunca permitas que se borre de nuevo, para que, después de estar unidos aquí en la tierra, algún día podamos encontrarnos unidos todos en el cielo para cantar las glorias y triunfos de tu misericordia. Amén.