Mi ángel de la guarda de bondad infinita, muéstrame el camino cuando esté perdido

Ángel muy amable, mi guardián, tutor y maestro, mi guía y defensa, mi sabio consejero y amigo muy fiel, me han recomendado, por la bondad del Señor, desde el día en que nací hasta la última hora de mi vida. ¡Cuánta reverencia debo, sabiendo que estás en todas partes y siempre cerca de mí! ¡Con cuánta gratitud tengo que agradecerte por el amor que me tienes, qué y cuánta confianza para conocerte, mi asistente y defensor! Enséñame, Santo Ángel, corrígeme, protégeme, protégeme y guíame por el camino correcto y seguro a la Santa Ciudad de Dios. No me permitas hacer cosas que ofendan tu santidad y tu pureza. Presente mis deseos al Señor, ofrézcale mis oraciones, muéstrele mis miserias e impórteme el remedio para ellas por su infinita bondad y por la intercesión materna de María Santísima, su Reina. Mire cuando duerma, apóyeme cuando esté cansado, ayúdeme cuando esté a punto de caerme, páreme cuando haya caído, muéstreme el camino cuando esté perdido, alégrese cuando pierda el corazón, ilumíneme cuando no vea, defiéndame cuando esté peleando y especialmente el último día de mi vida, protégeme del diablo. Gracias a su defensa y su guía, finalmente consiga que entre en su glorioso hogar, donde por toda la eternidad puedo expresar mi gratitud y glorificar con usted al Señor y a la Virgen María, a los suyos y a mi Reina. Amén.

Oh Dios, quien en Tu misteriosa Providencia, envía a tus ángeles del cielo a nuestra custodia y protección, déjanos siempre ser apoyados por su ayuda en el viaje de la vida para alcanzar la alegría eterna con ellos. Por Cristo nuestro Señor.

CONSAGRACION AL ANGEL GUARDIAN

Santo ángel guardián, desde el principio de mi vida me has sido dado como protector y compañero. Aquí, en presencia de mi Señor y mi Dios, de mi Madre María celestial y de todos los ángeles y santos que (nombre) pobre pecador quiero consagrarme a ti.

Prometo ser siempre fiel y obediente a Dios y a la Santa Madre Iglesia. Prometo estar siempre dedicado a María, mi Señora, Reina y Madre, y tomarla como modelo de mi vida.

Prometo ser devoto a ti también, mi santo patrón, y propagar de acuerdo con mi fuerza la devoción a los santos ángeles que se nos otorga en estos días como guarnición y ayuda en la lucha espiritual por la conquista del Reino de Dios.

Te ruego, santo ángel, que me concedas toda la fuerza del amor divino para que se inflame, y toda la fuerza de la fe para que nunca más vuelva a caer en el error. Deja que tu mano me defienda del enemigo.

Te pido la gracia de la humildad de María para escapar de todos los peligros y, guiado por ti, para llegar a la entrada de la Casa del Padre en el cielo. Amén