"Mi Ángel Guardián, hazme sentir tu presencia" oración efectiva

Mi Ángel Guardián, creado por el Dios bueno solo para mí, me da vergüenza tenerte a mi lado, porque no siempre te he obedecido. Varias veces escuché tu voz, pero volví la mirada esperando que nuestro Señor fuera más indulgente que tú. ¡Pobre soñador!

Quería olvidar que tú eres su mandato para velar por mí. Por lo tanto, es a ti a quien debo recurrir siempre las adversidades de la vida, las tentaciones, las enfermedades, las decisiones que se deben tomar.

Perdóname, mi ángel, y hazme sentir tu presencia a menudo. Recuerdo aquellos días y noches que hablé contigo y que respondiste dándome tanta serenidad y paz, comunicando los rayos de tu luz, misteriosos pero reales.

Eres parte del Espíritu de Dios, de sus atributos, de sus poderes. Eres espíritu nunca manchado por el mal. Tus ojos ven con los ojos del Señor, intercesor bueno, dulce y amable. Eres mi sirviente Por favor, siempre obedéceme y ayúdame a obedecerte.

Ahora te pido una gracia particular: sacudirme en el momento de la tentación, consolarme en el momento de la prueba, fortificarme en el momento de debilidad e ir siempre a visitar esos lugares y esas personas a las que mi fe te enviará. Eres un buen representante. Trae en tus manos el libro de mi vida y las llaves de la eternidad para mi alma.