Beato Jutta de Turingia, santo del día para el 25 de junio

(muerto alrededor de 1260)

Historia de la Bienaventurada Jutta de Turingia

La protectora de Prusia de hoy comenzó su vida entre el lujo y el poder, pero la muerte de un simple sirviente de los pobres murió.

De hecho, la virtud y la piedad siempre fueron de primordial importancia para Jutta y su esposo, ambos de rango noble. Los dos se prepararon para peregrinar juntos a los lugares sagrados de Jerusalén, pero su esposo murió en el camino. La Jutta, viuda, después de cuidar a sus hijos, decidió vivir de una manera que le agradaba a Dios, eliminó la ropa, las joyas y los muebles caros que se adaptaban a uno de sus rangos, y se convirtió en Franciscano seglar, asumiendo la sencilla vestimenta de un religioso.

Desde ese momento su vida estuvo totalmente dedicada a los demás: cuidando a los enfermos, especialmente a los leprosos; atendiendo a los pobres, que visitaban en sus casuchas; ayudando a los paralíticos y ciegos con quienes compartió su hogar. Muchos ciudadanos de Turingia se rieron de cómo la una vez ilustre dama pasó todo su tiempo. Pero Jutta vio el rostro de Dios en los pobres y se sintió honrada de prestar cualquier servicio que pudiera.

Alrededor de 1260, no mucho antes de su muerte, Jutta vivía cerca de los no cristianos en el este de Alemania. Allí construyó una pequeña ermita y oró sin cesar por su conversión. Ha sido venerado durante siglos como patrona especial de Prusia.

reflexión

Jesús dijo una vez que un camello puede pasar por el ojo de una aguja más fácilmente de lo que una persona rica puede entrar en el reino de Dios. Esta es una noticia bastante aterradora para nosotros. Puede que no tengamos grandes fortunas, pero los que vivimos en Occidente disfrutamos de una parte de los bienes del mundo que la gente del resto del mundo no puede imaginar. Para deleite de los vecinos, Jutta eliminó su riqueza después de la muerte de su esposo y dedicó su vida a cuidar a los que no tenían medios. Si siguiéramos su ejemplo, la gente probablemente también se reiría de nosotros. Pero Dios sonreirá.