Una oración corta pero muy efectiva para alejar al maligno.

Augusta, Reina del Cielo y Señora de los Ángeles, que recibió de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, le pedimos humildemente que envíe las legiones celestiales, para que, bajo sus órdenes, persigan demonios, luchen contra ellos en todas partes, repriman al su audacia y empujarlos de vuelta al abismo. ¿Quien es como Dios?

Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza.

Oh Madre divina, envía a los Santos Ángeles para defendernos y repeler al cruel enemigo lejos de nosotros.

Madre de Jesús, protégenos.

Oración a la Reina de los Ángeles por protección
Oh Soberana Reina del Cielo, o poderosa Dama de los ángeles, o Santísima María, Madre de Dios, desde el principio tuviste el poder y la misión de Dios de aplastar la cabeza de Satanás. Te rogamos humildemente, envía tus legiones celestiales, para que bajo tu mando y con tu poder, persigan a los demonios y luchen contra los espíritus infernales en todas partes, recojan su imprudencia y los lleven de vuelta al abismo.

Sublime Madre de Dios, envía tu ejército invencible contra los emisarios del infierno entre los hombres; destruye los planes del senzadio y humilla a todos los que quieren el mal. Obtenga la gracia del arrepentimiento y la conversión para que den gloria a las SS. Trinidad y tu. Ayuda a la victoria de la verdad y la justicia en todas partes.

La poderosa Patrona, con tus espíritus en llamas, protege tus santuarios y lugares de gracia en toda la Tierra. A través de ellos, supervisa las iglesias y todos los lugares sagrados, objetos y personas, especialmente tu divino Hijo en el Lugar Santísimo. Sacramento. Evite que sean deshonrados, profanados, robados, destruidos o violados. Basta, señora.

Oh Madre celestial, María Inmaculada, finalmente protege también nuestras posesiones, nuestros hogares, nuestras familias, de todas las trampas de los enemigos, visibles e invisibles. Haz que tus santos ángeles gobiernen en ellos y la devoción, la paz y la alegría del Espíritu Santo reinen en ellos.

¿Quien es como Dios? ¿Quién es como tú, María Reina de los Ángeles y ganadora del infierno? ¡Oh, buena y tierna Madre María, novia soltera del Rey de los Espíritus celestiales en cuyo aspecto quieren reflejarse, seguirás siendo para siempre nuestro amor, nuestra esperanza, nuestro refugio y orgullo! ¡San Miguel, santos ángeles y arcángeles, defiéndenos y protégenos!