Conocemos el Evangelio de San Marcos, los milagros y el secreto mesiánico (por el Padre Giulio)

Por el padre Giulio Maria Scozzaro

Hoy comienza el Tiempo Litúrgico Ordinario, nos acompaña el Evangelio de Marcos. Es el segundo de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento. Está compuesto por 16 capítulos y, al igual que los demás evangelios, narra el ministerio de Jesús, describiéndolo en particular como el Hijo de Dios y proporcionando numerosas aclaraciones lingüísticas, diseñadas especialmente para lectores de latín y, en general, no judíos.

El Evangelio narra la vida de Jesús desde su Bautismo de la mano de Juan Bautista hasta el sepulcro vacío y el anuncio de su Resurrección, aunque la historia más importante se refiere a los acontecimientos de la última semana de su vida.

Es una narración concisa pero intensa, que representa a Jesús como un hombre de acción, un exorcista, un sanador y un hacedor de milagros.

Este breve texto despertó gran interés entre los romanos, adoradores de divinidades desconocidas y en busca de nuevos dioses a los que adorar.

El Evangelio de Marcos no presenta una divinidad abstracta, se centra en los maravillosos milagros de Jesús para dar a conocer a los romanos no cualquier ídolo, sino al mismo Dios, el Hijo de Dios encarnado en Jesús de Nazaret.

Operación exigente si se piensa que la muerte de Jesús fue también parte de la predicación, y aquí surgió una pregunta legítima: ¿puede un Dios morir en la Cruz? Solo la comprensión de la resurrección de Jesús podría dejar en los corazones de los lectores romanos la esperanza de adorar al Dios vivo y verdadero.

Muchos romanos se convirtieron al Evangelio y empezaron a reunirse clandestinamente en las catacumbas para evitar las terribles persecuciones.

El Evangelio de Marcos fue particularmente eficaz en Roma y luego se difundió por todas partes. Por otro lado, el Espíritu de Dios inspiró este relato esencial de la historia humana de Jesucristo, con la descripción detallada de muchos milagros, para inculcar en los lectores la maravilla del encuentro con Dios Salvador.

En este Evangelio se encuentran dos temas importantes: el secreto mesiánico y la dificultad de los discípulos para comprender la misión de Jesús.

Si bien el comienzo del Evangelio de Marcos enuncia claramente la identidad de Jesús: "Principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios" (Mc 1,1), lo que la teología llama el secreto mesiánico es el orden que frecuentemente dio. Jesús para no revelar su identidad y acciones particulares.

"Y les impuso severamente que no hablaran de él a nadie" (Mc 8,30, XNUMX).

El segundo tema importante es la dificultad de los discípulos para comprender las parábolas y las consecuencias de los milagros que Él realiza ante ellos. En secreto explica el significado de las parábolas, se las cuenta a quienes están dispuestos a corresponder fielmente y no a otros, no dispuestos a dejar las redes de su vida.

Las redes que los pecadores construyen terminan aprisionándolos y ya no tienen forma de moverse libremente. Son redes que al principio traen satisfacción o encanto, y luego conectan con todo lo que se convierte en adicción.

Las redes de las que habla Jesús están construidas con amor y oración: "Venid en pos de mí, os haré pescadores de hombres".

Cualquier ayuda espiritual brindada a un pecador oa una persona confundida y desorientada en la jungla del mundo es más gratificante que cualquier otra acción.

Es un gesto fuerte dejar las redes de los pecados y de la propia voluntad para abrazar la Voluntad de Dios, pero quienes triunfan en este esfuerzo sienten una paz interior y una alegría nunca experimentada en el pasado. Es un renacimiento espiritual que contagia a toda la persona y le permite ver la realidad con nuevos ojos, hablar siempre con palabras espirituales, pensar con los pensamientos de Jesús.

«Y enseguida dejaron las redes y le siguieron».