Consagración a San José

Oh San José, un hombre justo y fiel, que en la plenitud de los tiempos cooperó en el gran misterio de nuestra Redención como esposo virginal de María y cabeza de la Sagrada Familia de Nazaret; de la Iglesia, nuestra madre y maestra, proclamada Patrona universal, acepta mi encomienda y mi consagración a Ti.

Oh San José, como el Padre Eterno se dignó confiarte los mayores tesoros que poseía, Jesús y María; así que, con humilde fe, intento consagrarme a ti con plena voluntad. A su patrocinio le confío mi persona y lo que me es querido: la salud del alma y el cuerpo, la seguridad de mi familia y mi comunidad, sobre todo la fidelidad incondicional al bautismo y a mi vocación particular.

Oh San José, bajo tu mirada amorosa, renuevo hoy las promesas y compromisos bautismales de mi estado de vida, asumidos en el sacramento del matrimonio, en la orden sagrada o en la profesión religiosa.

Oh San José, ten por mí y por los seres queridos, el cuidado que tenías por Jesús y por María: dame la bienvenida a la casa del Señor como miembro de tu propia familia; ayúdame a conocer, servir y amar a Jesús y a María como tú los has conocido, servido y amado. Al final de la vida, ábreme las puertas del cielo.

Amén.