Crecer en la dicha cristiana más difícil de desear

porque de ellos es el reino de los cielos.
... porque serán consolados.
... porque heredarán la tierra.
... porque estarán satisfechos.
... porque se le mostrará misericordia.
... porque verán a Dios.
... porque serán llamados hijos de Dios.
... porque de ellos es el Reino de los Cielos.
... por tu recompensa será genial en el cielo.
(Ver Mateo 5)

A continuación se enumeran todos los beneficios de vivir las Bienaventuranzas. Léelos lentamente y en oración. ¿Quieres estas buenas frutas? ¿Estos premios de las Bienaventuranzas? ¡Por supuesto que sí! Es una buena práctica espiritual comenzar con la recompensa, el efecto de algo y aumentar el deseo de esa recompensa. Lo mismo vale para el pecado. Es una buena práctica, especialmente cuando está luchando con un pecado habitual, comenzar con el efecto de ese pecado (el efecto negativo) y preguntarse si lo quiere o no.

Pero hoy tenemos las Bienaventuranzas. Y mientras meditamos en los frutos de las Bienaventuranzas, no podemos evitar concluir que los deseamos profundamente. Este es un logro bueno y saludable para lograr.

A partir de ahí, solo necesitamos agregar un paso más. Una vez concluido, con profunda convicción, que deseamos los frutos de las Bienaventuranzas, solo necesitamos agregar el primer paso. Insertamos dicha en este deseo para que podamos entender y creer que la dicha es buena y ansiosa. ¿Pero qué hay de las Bienaventuranzas? Deseos …

Siendo pobre en espíritu,
A llorar,
sé manso
hambre y sed de justicia,
sé misericordioso
ser puro de corazón
ser un pacificador
aceptar la persecución por el bien de la justicia,
y para ser insultado y perseguido y tener todo tipo de maldad falsamente denunciado sobre ti por causa de Jesús?

Hmmm, tal vez o tal vez no. Algunos parecen ansiosos, mientras que otros parecen pesados. Pero si estas Bienaventuranzas se entienden adecuadamente en el contexto de sus frutos (es decir, las bendiciones que producen), entonces nuestro deseo de medios para ese buen fruto (Dicha) también debería crecer.

Quizás hoy puedas ver qué dicha es más difícil de desear. Una vez encontrado, mira la fruta que produce y pasa tiempo mirando esa dicha en ese contexto. ¡Te ayudará a crecer en dicha!

Señor, ayúdame a hacerme humilde y manso, puro de corazón y misericordioso, pacificador y que acepte cualquier persecución que venga hacia mí. Ayúdame a recibir todo con alegría y con un deseo por tu reino. Jesús, creo en ti.