¿Es la limosna una forma correcta de caridad?

limosna para los pobres es una manifestación de piedad íntimamente ligada a los deberes de un buen cristiano. Resulta como algo incómodo, negativo, para quienes lo hacen y para quienes lo reciben. Veamos cuándo conviene practicarlo.

La caridad es de particular importancia en la vida y la fe de un cristiano. Es uno de esos virtù que debe ser la base de la vida del hombre que quiere acercarse a Dios. En el Antiguo Testamento hay páginas importantes donde Dios exige particularmente atención para los pobres. Por tanto, caridad significa bienvenida, significa ponerse a disposición de los demás, de los pobres, de los necesitados.

Para estar en paz con la propia conciencia, no hay que pensar que basta con dar una ofrenda material. La eficacia radica en el espíritu con el que se da. La caridad iría manifestado día a día y de diferentes formas. Solo de esta manera se convierte en una forma de fe. Ofrecer un confort no solo barato sino también humano requiere mucho esfuerzo, tiempo y esfuerzo. La limosna se realiza mostrando una atención sincera a los pobres. No necesita hacerlo solo para lavarse la conciencia. La caridad debe ser un acto de amor. Todos deberían merecer vivir dignamente. De hecho, Dios quiere que los bienes sean de todos, garantizando la supervivencia y la dignidad.

La limosna: el valor de un gesto

La recogida de ofrendas en las iglesias tiene como objetivo permitir la parroquia en obras de caridad para las personas más necesitadas. Al donar por tanto, muestra que quiere compartir con los demás algo que nos pertenece por el bien común. Sin embargo, existen fenómenos de mendicidad y explotación de personas más débiles y indefenso como niños, ancianos y discapacitados. Hay quien da limosna por necesidad y quien lo hace por trabajo. Nosotros, como buenos cristianos, debemos intentar aiutare que desesperadamente quiere trabajar pero no encuentra la manera.

Dar la mano y una palabra amable será la mejor forma de caridad. precioso no solo para aquellos que lo recibirán sino también a los ojos de Dios