DECÁLOGO DE LA VIDA DIARIA DEL PAPA JUAN XXIII
- Solo por hoy trataré de vivir el día sin querer resolver los problemas de mi vida de una vez
- Solo por hoy cuidaré mucho mi apariencia, me vestiré con sobriedad, no alzaré la voz, seré educado en las formas, no criticaré a nadie, no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, excepto a mí mismo.
- Solo por hoy seré feliz con la certeza de que fui creado para ser feliz no solo en el otro mundo, sino también en este.
- Solo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin exigir que todas las circunstancias se adapten a mis deseos.
- Solo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como la comida es necesaria para la vida del cuerpo, la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
- Solo por hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie
- Solo por hoy haré un programa que tal vez no tenga éxito en el punto, pero lo haré y tendré cuidado con las dos dolencias: prisa e indecisión.
- Solo por hoy creeré firmemente a pesar de las apariencias de que la Providencia de Dios trata conmigo como si nadie más existiera en el mundo.
- Solo por hoy haré al menos una cosa que no quiero hacer, y si me siento ofendido por mis sentimientos, me aseguraré de que nadie se dé cuenta.
- Solo por hoy no tendré miedo, en particular no tendré miedo de disfrutar lo bello y creer en la bondad.
Puedo hacerlo bien durante doce horas, lo que me asustaría si pensara que tenía que hacerlo toda mi vida.
Cada día sufre de sus problemas.