El diablo huye y tiembla cuando se dice esta oración.

Augusta, Reina del Cielo y Señora de los Ángeles, que recibió de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, le pedimos humildemente que envíe las legiones celestiales, para que, bajo sus órdenes, persigan demonios, luchen contra ellos en todas partes, repriman al su audacia y empujarlos de vuelta al abismo. ¿Quien es como Dios?

Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza.

Oh Madre divina, envía a los Santos Ángeles para defendernos y repeler al cruel enemigo lejos de nosotros.

Madre de Jesús, protégenos.