El diablo está aterrorizado de esta corona ya que no puede soportarlo.

Nuestra Señora dice: “Aquí está la corona de mis lágrimas. Mi Hijo se lo confía a su Instituto como parte de la herencia. Él ya te ha revelado mis invocaciones. Él quiere que sea honrado de una manera especial con esta oración y Él otorgará a todos aquellos que reciten esta Corona y la recen en nombre de mis Lágrimas, grandes gracias. Esta corona servirá para obtener la conversión de muchos pecadores y en particular la de los seguidores del Espiritismo. Su Instituto tendrá el gran honor de conducir de regreso a la Santa Iglesia y de convertir a un gran número de miembros de esta nefasta secta. El diablo será derrotado con esta corona y su imperio infernal será destruido ".

La corona está compuesta por 49 granos divididos en grupos de 7 y separados por 7 granos grandes. Terminar con 3 granos pequeños.

Oración inicial
Oh Jesús, nuestro Divino Crucificado, arrodillado a tus pies te ofrecemos las Lágrimas de Ella, que te acompañó en el doloroso camino del Calvario, con un amor tan ardiente y compasivo.
Escucha nuestras súplicas y preguntas, buen Maestro, por el amor de las Lágrimas de tu Santísima Madre.
Concédenos la gracia de entender las dolorosas enseñanzas que nos dan las Lágrimas de esta buena Madre, para que podamos cumplir
Siempre somos tu santa voluntad en la tierra y somos juzgados dignos de alabarte y glorificarte eternamente en el cielo. Amén.

En granos gruesos (7):
Oh Jesús, recuerda las Lágrimas de Ella que te amó más que nada en la tierra. Y ahora te ama de la manera más ardiente en el cielo.

En granos pequeños (7 x 7):
Oh Jesús, escucha nuestras súplicas y preguntas. Por el bien de las lágrimas de tu Santa Madre.

Al final se repite 3 veces:
Oh Jesús, recuerda las Lágrimas de Ella, que te amó más que nada en la tierra.

Oración de cierre:
Oh María, Madre del Amor, Madre del dolor y la Misericordia, te pedimos que unas tus oraciones a las nuestras, para que tu divino Hijo, a quien acudimos con confianza, en virtud de tus Lágrimas, escuche nuestras súplicas. y concédenos, más allá de las gracias que le pedimos, la corona de gloria en la eternidad. Amén.