Devoción a San Miguel Arcángel: ¡la oración que te apoyará en las batallas de tu vida!

Oh glorioso príncipe San Michele, líder y comandante de las huestes celestiales, guardián de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes. Sirviente en la casa del Divino Rey y nuestro admirable conductor, tú que brillas con excelencia y virtud sobrehumana, líbranos de todo mal. Acude a ti con confianza y danos poder con tu amable protección para servir a Dios más fielmente cada día. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel Príncipe de la Iglesia de Jesucristo, para que seamos dignos de cumplir sus promesas. 

Dios todopoderoso y eterno que por un prodigio de bondad y un deseo misericordioso de la salvación de todos los hombres ha nombrado al más glorioso Arcángel San Miguel Príncipe de Tu Iglesia, haznos dignos. Te pedimos que te liberes de todos nuestros enemigos para que ninguno de ellos pueda acosarnos en la hora de la muerte, sino para que podamos ser guiados por él a Tu Presencia. Te lo pedimos por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. 

Un valiente guerrero del Dios Todopoderoso y un celoso amante de Su gloria, el terror de los ángeles rebeldes y el amor y la alegría de todos los justos. Mi amado Arcángel San Miguel, deseoso de ser contado entre tus devotos servidores. Hoy me ofrezco y me consagro a ti y pongo a mi familia y todo lo que poseo bajo tu más poderosa protección. Te ruego que no mires lo poco que tengo para ofrecer como tu sirviente siendo solo un miserable pecador. Pero mirar con buenos ojos el sincero afecto con el que se hace este ofrecimiento. Debes ayudarme y obtener el perdón de mis muchas faltas y pecados graves, la gracia de amar a mi Dios con todo tu corazón.

Mi querido Salvador Jesús y mi dulce madre María y obtener para mí toda la ayuda necesaria para alcanzar mi corona de gloria. Defiéndeme siempre de mis enemigos espirituales, especialmente en los últimos momentos de mi vida. Ven entonces y ayúdame en mi última lucha y con tu arma poderosa arroja de mí a los abismos infernales a ese prevaricador y ángel feroz que un día se postró en la batalla celestial.