Devoción a Jesús: así es como alabar al Señor todos los días

Señor, tú eres mi Dios, mi Salvador, mi refugio, mi roca, mi esperanza, mi único bien.

Creo firmemente que nos salvaste del enemigo, nos liberaste de sus cadenas en la Santa Cruz y nos diste la vida eterna que habíamos perdido. Creo que todo contribuye al bien, que no hay diferencia en las personas y que sabes lo que necesitamos incluso antes de pedirlo.

Creo firmemente que trabajas sin cesar en mi vida y en la vida de todos y que nada sucede sin tu permiso. Cuando permites el mal, causado por la maldad de los hombres, lo transformas en bueno.

Creo que los sufrimientos del momento presente no son nada comparados con la gloria que se revelará en Tus Hijos. Por lo tanto, creo que todo lo que quieres es bueno y todo lo que permites se transforma en bueno y, por lo tanto, quiero dar la bienvenida tanto a esto como a lo que viene de tus buenas manos. Creo en ti y creo que el mal debe venir a la luz para ser vencido. Creo que esta prueba es un regalo de tu amor porque puedo y quiero ganar a través de Faith in You.

Eres mi Salvador y yo sigo unido a ti. No juzgo según las apariencias, pero mantengo mi mirada fija en tu Amor y espero poder ver, por lo que se me otorgará, tu gloria manifestada en los acontecimientos, porque quiero alabarte sin cesar, ya ahora y por toda la eternidad.

Por esto, mi Señor, en la confianza en Tu Todopoderoso e Infinito Amor, te agradezco por esta dolorosa situación, por esta prueba y en la fe, te alabo y bendigo, porque creo en Ti. Como San Pablo encadenado, te cantó himnos, también me da una fe firme para que pueda alabarte siempre y por todo y hacer de mi vida una acción de gracias continua.

Dame la alegría de ser salvo en el tiempo y la eternidad para que pueda ser un Testigo de tu gloria y mis hermanos regresen a Ti, que solo eres Bueno, Todopoderoso, Misericordioso. Quiero elogiarte ahora y siempre y porque creo que provees para todo y para todos y en esta fe quiero ofrecerte la canción perenne de mi corazón, en la alabanza, gratitud y alegría que tú mismo me das. Amén.