Devoción a Jesús: la corona en la Santa Faz

Oración introductoria

¡Jesús, mi perdón y misericordia, por los méritos de tu Santo Rostro, que está impreso en el velo de la piadosa Verónica!

Ten piedad de nosotros por la cruz que llevaste, por los ultrajes, la saliva, los insultos, las bofetadas que te han dirigido.

Contemplamos las amargas lágrimas esparcidas a lo largo de la Vía del Calvario, las espinas que te causaron dolorosos sufrimientos, ese sudor y esa Sangre que fluyó de tu Santo Rostro. Tu sangre fluye hacia cada alma y cada corazón. Lava nuestros pecados; limpia, purifica y santifica nuestras almas. Por los sufrimientos de tu sed por sed, por los suspiros angustiados y trabajosos, ten piedad de nosotros. Salva nuestras almas y las del mundo entero.

Te adoro, oh Jesús, mientras imprimes tu adorable rostro en el lino blanco de la piadosa Verónica.

Dígnate para imprimir tu Rostro divino también en nuestras almas.

En los granos grandes de la corona se dice la siguiente oración:

Oh Padre Eterno, te ofrezco los méritos y sufrimientos del Santo Rostro de tu Hijo Jesús.

Vierte tu preciosa Sangre en cada alma y cada corazón. Que sea bálsamo y aceite de consuelo: para calmar y sanar las heridas de todas las enfermedades en las almas y los cuerpos.

Oh Padre Eterno, ten piedad de todas las almas.

La siguiente oración se dice en los pequeños granos de la corona:

Divino Santo Rostro de Jesús, sufriendo y humillado, goteando sudor y Sangre por nuestros pecados, en Tu misericordioso amor, lávame de toda culpa y purifícame de toda mancha. Oh mi buen Jesús, ten piedad; salvar nuestras almas y las del mundo entero.

Giaculación que se puede intercalar:

- Oh Jesús, invade mi alma con el esplendor de tu Luz divina. Hazme un reflejo de tu amor para atraer todas las almas hacia ti.

- Oh Jesús, cada latido y cada respiración de nuestros corazones, sé mil actos de amor, alabanza y reparación por tu Santo Rostro.

- ¡Oh Jesús, santo, santo, santo! Bendice y santifica a todas las almas que te honrarán y glorificarán. Únete a todas las personas que, en un espíritu de reparación también con este Chaplet, alivian tus sufrimientos.