Devoción a Jesús: hoy primer viernes del mes, oración y promesas

ORACIONES AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS TRANSFERIDO POR LA LANZA

(para el primer viernes del mes)

¡Oh Jesús, tan adorable y tan poco amado! Nos presentamos humildemente al pie de tu cruz, para ofrecer a tu Corazón divino, abierto a la lanza y consumido por el amor, el homenaje de nuestras adoraciones profundas. Te agradecemos, oh amado Salvador, por haber permitido que el sol dado atraviese tu lado adorable y así nos hayas abierto un refugio de salvación en el misterioso arca de tu Sagrado Corazón. Permítanos refugiarnos en estos malos tiempos para salvarnos del exceso de escándalos que contaminan a la humanidad.

Padre, Ave, Gloria.

Bendecimos la preciosa sangre, que salió de la herida abierta en su divino Corazón. Digno de hacerlo un trabajo salvífico para el mundo infeliz y culpable. Lava, purifica, regenera almas en la ola que surgió de esta verdadera fuente de gracia. Permite, oh Señor, que te llevemos a nuestras iniquidades y a las de todos los hombres, rogándote, por el inmenso amor que devora tu Sagrado Corazón, que nos salve nuevamente. Pater, Ave, Gloria.

Finalmente, el más dulce Jesús, permítanos que, al arreglar nuestra morada para siempre en este adorable Corazón, gastemos nuestras vidas de manera sagrada y hagamos nuestro último aliento en paz. Amén. Pater, Ave, Gloria.

Voluntad del Corazón de Jesús, dispone de mi corazón.

Celo del Corazón de Jesús, consume mi corazón.

LAS PROMESAS DE NUESTRO SEÑOR PARA LOS DEVOTOS DE SU SAGRADO CORAZÓN
El beato Jesús, apareciendo ante Santa Margarita María Alacoque y mostrándole su corazón, brillando como el sol con la luz más brillante, hizo las siguientes promesas para sus devotos:

1. Les daré todas las gracias necesarias para su estado.

2. Pondré y mantendré la paz en sus familias.

3. Los consolaré en todos sus dolores

4. Seré su refugio seguro en la vida y especialmente en el punto de la muerte.

5. Difundiré abundantes bendiciones en todos sus esfuerzos

6. Los pecadores encontrarán en mi corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.

7. Las almas tibias se calentarán

8. Las almas fervientes pronto alcanzarán una gran perfección.

9. Mi bendición también descansará en las casas donde se expondrá y honrará la imagen de mi Corazón.

10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones endurecidos.

11. Las personas que propagan esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y nunca será cancelado.

12. A todos aquellos que, durante nueve meses consecutivos, se comuniquen el primer viernes de cada mes, les prometo la gracia de la perseverancia final: no morirán en mi desgracia, sino que recibirán los Santos Sacramentos (si es necesario) y mi Corazón. su asilo estará a salvo en ese momento extremo.

La duodécima promesa se llama "grande", porque revela la misericordia divina del Sagrado Corazón hacia la humanidad.

Estas promesas hechas por Jesús han sido autenticadas por la autoridad de la Iglesia, para que cada cristiano pueda creer con confianza en la fidelidad del Señor que quiere que todos estén seguros, incluso los pecadores.

CONDICIONES
Para ser digno de la Gran Promesa es necesario:

1. Acercarse a la comunión. La comunión debe hacerse bien, es decir, en la gracia de Dios; por lo tanto, si uno está en pecado mortal, primero debe confesar.

2. Por nueve meses consecutivos. Entonces, ¿quién había comenzado las Comuniones y luego por olvido, enfermedad, etc. había omitido incluso uno, debe comenzar de nuevo.

3. Cada primer viernes del mes. La práctica piadosa se puede comenzar en cualquier mes del año.

ALGUNAS DUDAS
SI, DESPUÉS DE TENER LOS NUEVE PRIMEROS VIERNES CON LAS DISPOSICIONES DEBIDAS, UNA CAÍDA DEL PECADO MORTAL, Y LUEGO MORIR REPENTINAMENTE, ¿CÓMO PODRÍA AHORRARSE?

Jesús prometió, sin excepción, la gracia de la penitencia final a todos aquellos que habrán hecho bien la Sagrada Comunión el primer viernes de cada mes durante nueve meses consecutivos; por lo tanto, se debe creer que, en exceso de su misericordia, Jesús le da al pecador moribundo la gracia de emitir un acto de contrición perfecta, antes de morir.

¿QUIÉN HARÍA LAS NUEVE COMUNIONES CON LA INTENCIÓN DE CONTINUAR ENTONCES PACÍFICAMENTE AL PECADO, PODRÍA ESPERAR EN ESTA GRAN PROMESA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS?

Ciertamente no, de hecho él cometería muchos sacrilegios, porque al acercarse a los Santos Sacramentos, es necesario tener la firme resolución de dejar el pecado. Una cosa es el miedo a volver a ofender a Dios, y otra la malicia y la intención de seguir pecando.