Devoción a Jesús todos los días: oración de hoy 7 de marzo

¡Oh Palabra divina, Amo soberano y Rey de reyes! ¡Oh digna descendiente de Isaí, llave misteriosa de David y poderoso cetro del pueblo de Israel! ¡Oh Emmanuel y Supremo Legislador, dulcísimo Niño Jesús de Praga, Esposo de las almas, que para redimirlas y salvarlas quiso descender del seno del Padre Eterno al seno de una Virgen Purísima! Hija divina y hermosa, me arrojo a tus pies y te adoro en la más profunda aniquilación y en la fe con que lo hicieron los pastores y los sabios en Belén. Imprime en mi alma las disposiciones de fe, amor, gratitud y generosidad con las que debo hacer esta novena, para tu honor y tu gloria, y dignarme concederme, por la poderosa intercesión del Santísimo. Virgen María, tu Madre, y del compasivo patriarca San José, tu supuesto Padre, que mi alma sea purificada de todos los pecados, confirmada cada vez más en tu servicio. Concédeme también, amadísima niña, la gracia particular que te imploro de tu generoso corazón. Te pido tu imagen santa y milagrosa, en la que te sientes tan complacido, ya que las innumerables gracias y los continuos beneficios de todo tipo lo demuestran que derramas tan abundantemente por tu intercesión, no solo sobre los habitantes de Praga, sino sobre los fieles de Praga. En todo el mundo. Señor, no menosprecies mi oración, sino que en lugar de eso, digna recibirla y responderla. Amén.

Divino Niño Jesús de Praga, Verbo Eterno del Padre, que para liberar nuestras almas de la esclavitud del pecado, quisiste encarnarnos, sufrir y satisfacer por nosotros la justicia divina y convertirte así en nuestro modelo, concédeme la gracia de responder que sí. gran misericordia; y apartando mi corazón de las criaturas, atrae hacia ti. Libérame de la fascinación de los sentidos y déjame ver y reconocer el ideal de mi vida en ti, para merecer poseerte y disfrutarte en el cielo. Amén.

Oh Niño Jesús, me dirijo a ti y te ruego por tu Santa Madre, que me asistas en esta necesidad (expresa tu deseo), ya que creo firmemente que tu Divinidad puede venir en mi ayuda. Espero con confianza obtener tu santa gracia. Te amo con todo mi corazón y con todas las fuerzas de mi alma. Lamento sinceramente mis pecados y te suplico, oh buen Jesús, que me des la fuerza para vencerlos. Tomo la firme resolución de no volver a ofenderte nunca más y me ofrezco a ti con la voluntad de sufrir en lugar de sentir lástima por ti. A estas alturas, quiero servirte fielmente. Por tu amor, o por el divino Niño Jesús, amaré a mi prójimo como a mí mismo. Oh Niño Jesús lleno de poder, te lo suplico nuevamente, ayúdame en esta circunstancia (repite tu deseo), concédeme la gracia de poseerlo eternamente con María y José en el cielo y adorarte con los santos ángeles. Que así sea.