Devoción a María y la aparición de Champion en los Estados Unidos

Nuestra Señora del Buen Auxilio es la denominación con la que la Iglesia Católica autoriza el culto a María, madre de Jesús, en relación con las apariciones que Adele Brise habría tenido en 1859 en Champion, Wisconsin (Estados Unidos de América), donde ahora Hay un santuario. Las apariciones tuvieron la aprobación diocesana oficial el 8 de diciembre de 2010, por el obispo David Ricken, obispo de Green Bay.

Historia

A principios de octubre de 1859, en Champion, una ciudad de Wisconsin (EE. UU.), La Virgen María se le apareció a una joven de origen belga, Adele Brise (1831-1896). En la primera de las tres apariciones, la Virgen, vestida de un blanco deslumbrante, con una banda amarilla alrededor de la cintura y una corona de estrellas en la cabeza, desaparecería lentamente después de unos momentos, sin decir nada. La segunda aparición tendría lugar el domingo 9 de octubre, mientras Brise iba a misa. Nuestra Señora habría aparecido por tercera vez mientras Adele regresaba de misa; Sobre la base del consejo recibido poco antes por el confesor, la joven le preguntó a la Dama quién era, y ella habría respondido: "Yo soy la Reina del Cielo que reza por la conversión de los pecadores, y quiero que tú hagas lo mismo". Luego invitaría a Adele a una confesión general y ofrecería la comunión para la conversión de los pecadores, y agregaría que, si no se hubieran convertido y no hubieran hecho penitencia, el Hijo se habría visto obligado a castigarlos. Luego invitaría a la joven a enseñar catecismo y acercar a las personas a los sacramentos. Dele continuó su misión durante toda su vida, mientras su padre construyó una pequeña capilla en el lugar de las apariciones.

El 8 de diciembre de 2010, la solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de los Estados Unidos, el obispo David Laurin Ricken (1952), obispo de Green Bay, dio su aprobación oficial a las apariciones. La aprobación, la primera y única en la actualidad para los Estados Unidos, se produjo después de casi dos años de investigaciones, desde que comenzaron en enero de 2009. El decreto recuerda que es el obispo diocesano quien tiene la responsabilidad de juzgar la autenticidad de las apariciones que tuvieron lugar. en su diócesis