Devoción a María todos los días para implorar gracias: 14 de febrero

Virgen de los Pobres, acompáñanos a Jesús, única fuente de gracia y enséñanos la docilidad al Espíritu Santo, para que se encienda ese fuego de amor que vino a traer para la venida del Reino.

Virgen de los Pobres, salva a las naciones: obtén para nosotros ser guiados por sabios gobernantes y la gracia de que todos los pueblos, reconciliados entre sí y de acuerdo, formen un solo rebaño bajo un solo pastor.

Virgen de los Pobres, pide la curación de los que sufren, apoya con amor a los que los sirven, danos la gracia de pertenecer solo a Cristo y librarnos de todo peligro.

Virgen de los Pobres, consuela a los enfermos con tu presencia; enséñanos a llevar nuestra cruz diaria con Jesús y comprometámonos lealmente al servicio de los pobres y los que sufren.

Virgen de los Pobres, intercede ante tu Hijo y obtén para nosotros todas las gracias necesarias para nuestra salvación, la de nuestras familias, de quienes se encomiendan a nuestra oración y de toda la humanidad.

Virgen de los Pobres, creemos en ti y, confiando en tu maternal intercesión, nos abandonamos a tu protección. Os encomendamos el camino que sigue la Iglesia en este tercer milenio, el crecimiento moral y espiritual de los jóvenes, las vocaciones religiosas, sacerdotales y misioneras y la obra de la nueva evangelización.

Virgen de los Pobres, quien dijo: "Cree en mí, creeré en ti", te agradecemos por concedernos tu confianza. Haznos capaces de tomar decisiones que se ajusten al Evangelio, ayúdanos a administrar nuestra libertad en el servicio mutuo y en el amor de Cristo para la gloria del Padre.

Virgen de los Pobres, llénanos de gracias, danos tu bendición como hiciste con Mariette a Banneux poniendo tus manos sobre su cabeza y transforma nuestras vidas. Haga arreglos para que nadie sea sometido por la esclavitud y el pecado, sino consagrado a Cristo, el único Señor.

Virgen de los Pobres, Madre del Salvador Madre de Dios, te agradecemos tu disponibilidad a la voluntad divina que, en su bondad, nos ha dado el Redentor. Te damos gracias por escuchar nuestras invocaciones y presentárselas a Jesús, el único mediador. Enséñanos a bendecir al Padre en todas las circunstancias de nuestra existencia y a vivir fructíferamente la Eucaristía, alimento de la vida eterna.

Virgen de los Pobres, te presentamos esta intención en particular… para que intercedas ante el Señor, obteniendo para nosotros, según su voluntad y por tu mediación materna, la gracia que imploramos. Amén.