Devoción a María todos los días para implorar gracias: 15 de febrero

Nuestro Señor de Guadalupe, según tu mensaje en México, te venero como "la Virgen Madre del Dios verdadero para aquellos en quienes viven, el Creador del mundo entero, del cielo y de la tierra". En espíritu, me arrodillo ante tu santa imagen que imprimiste milagrosamente en la capa de San Diego, y con innumerable fe de peregrinos que visitan tu santuario te imploro esta gracia ... Recuerda, oh virgen inmaculada, las palabras que dijiste a su fiel devoto: “Soy para ti Madre de la misericordia y para todas las personas que me aman y que confían en mí e invocan mi ayuda. Escucho sus quejas y consuelo todos sus dolores y sufrimientos ”. Te suplico que seas una madre misericordiosa para mí, porque te amo sinceramente, confío en ti y te pido tu ayuda. Le ruego, Nuestra Señora de Guadalupe, que acepte mi pedido, si esto está de acuerdo con la voluntad del Señor, que sea un testigo de su amor, su compasión, su ayuda y su protección. No me abandones a mis necesidades.

Nuestra Señora de Guadalupe ruega por nosotros.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Oración:
Señor del poder y la misericordia, Tú que bendices a los indios americanos en Tepeyac con la presencia de la Virgen María en Guadalupe. Que sus oraciones ayuden a todos los hombres y mujeres a aceptarse mutuamente como hermanos y hermanas. A través de Tu justicia presente en nuestros corazones, que Tu paz reine en el mundo. Te lo pedimos a través de nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo y con tu Espíritu Santo, el único Dios, por los siglos de los siglos.