Devoción a María todos los días para implorar gracias: 17 de febrero

EL). Por esa amabilidad muy especial con la que a través de los Ángeles se hizo visible varias veces en la Iglesia restaurada de Porziuncola, demostró que le gustaba la preocupación de sus siervos más fieles. Francesco d'Assisi, porque con las limosnas recolectadas por él, lo eliminó de la descomposición total a la que estaba cerca, y lo vistió con una nueva decoración, también nos llega, oh gran Virgen, para merecernos cada vez más su patrocinio con el coopera constantemente en tu mayor glorificación.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

II) Por ese favor muy especial que le diste a tu siervo más fiel, San Francisco de Asís, cuando con una voz milagrosa le aconsejaste que fuera a la iglesia de Porziuncola para disfrutar de la vista de ti y tu divino Hijo apareciendo visiblemente entre los Ángeles en esa iglesia; y viéndolo postrado a tus pies, le aseguraste tu apoyo para obtener cualquier gracia que fuera para pedirle a tu Divino Unigénito, nos obtienes a todos, oh gran Virgen, para vivir, a semejanza de ese gran Patriarca, una vida de mortificación continua y de oración continua, para estar seguros del cumplimiento de nuestras esperanzas en lo que sea que te hagamos.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

III) Por esa admirable prontitud con la que interpuso su mediación con su Hijo divino en favor de su más fiel servidor, San Francisco de Asís, cuando solicitó que se otorgara Indulgencia Plenaria a todos los que visitaron la iglesia de Porziuncola en el aniversario de su aparición, y luego moviste al Papa Honorio III para garantizar al mundo entero la verdad del prodigio, y para confirmar con su autoridad la Indulgencia obtenida por ti, nos obtienes a todos o a la gran Virgen, a hacer siempre, a semejanza de s . Francisco, nuestra preocupación particular por garantizar el perdón de nuestras faltas, y ser siempre solícito para adquirir el tesoro espiritual de las sagradas Indulgencias, con el cual al cumplir cada pena de nuestros pecados debidos, nos aseguramos cada vez más la posesión inmediata de la gloria. eterno del cielo después de las breves tribulaciones de esta tierra miserable.

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo. Eres bendecida entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como fue en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.