Devoción a María: poderosa súplica para desatar los nudos en nuestra vida

Los "nudos" de nuestras vidas son todos los problemas que traemos muy a menudo a lo largo de los años y que no sabemos cómo resolver: los nudos de las disputas familiares, la incomprensión entre padres e hijos, la falta de respeto, la violencia; los nudos de resentimiento entre los cónyuges, la falta de paz y alegría en la familia; nudos de socorro; los nudos de desesperación de los cónyuges que se separan, los nudos de la disolución de las familias; el dolor causado por un niño que toma drogas, que está enfermo, que ha dejado la casa o que ha dejado a Dios; los nudos del alcoholismo, nuestros vicios y los vicios de los que amamos, los nudos de las heridas causadas a otros; los nudos de rencor que nos atormentan dolorosamente, los nudos del sentimiento de culpa, de aborto, de enfermedades incurables, de depresión, de desempleo, de miedos, de soledad ... nudos de incredulidad, de orgullo, de los pecados de nuestras vidas.
La Virgen María quiere que todo esto pare. Hoy viene a nuestro encuentro, porque le ofrecemos estos nudos y los desatará uno tras otro.

Oración a María que desata los nudos.

Virgen María, Madre, nunca has abandonado a un niño que pide ayuda,

Madre cuyas manos trabajan incansablemente por tus amados hijos,

porque son conducidos por el amor divino y la infinita misericordia que viene de tu corazón,

vuelve tu mirada llena de compasión hacia mí,

mira la pila de 'nudos' que sofocan mi vida.

Conoces mi desesperación y mi dolor.

Sabes lo paralizados que están estos nudos y los puse todos en tus manos.

Nadie, ni siquiera el diablo, puede alejarme de tu misericordiosa ayuda.

En tus manos no hay nudos que no estén desatados.

Virgen madre, con gracia y tu poder de intercesión con tu Hijo Jesús,

mi Salvador, recibe este 'nudo' hoy (nómbralo si es posible).

Para la gloria de Dios, le pido que lo disuelva y lo disuelva para siempre.

Espero en ti

Eres el único consolador que el Padre me ha dado.

Eres la fortaleza de mis fuerzas débiles, la riqueza de mis miserias,

la liberación de todo lo que me impide estar con Cristo.

Acepta mi solicitud.

Presérvame, guíame, protégeme.

Se mi refugio

María, que desata los nudos, ruega por mí.

La devocion
El Papa Francisco, cuando era un joven sacerdote jesuita durante sus estudios teológicos en Alemania, vio esta representación de la Virgen, profundamente afectada por ella. De vuelta a casa, se comprometió a difundir el culto en Buenos Aires y en toda Argentina.

El culto ahora está presente en toda América del Sur, particularmente en Brasil.

Un retablo de la artista Marta Maineri, ubicado en la iglesia dedicada a San Giuseppe en la parroquia de San Francesco d'Assisi en Lainate (Milán), representa a la Virgen deshaciendo los nudos.

«El nudo de la desobediencia de Eva tuvo su solución con la obediencia de María; lo que la virgen Eva había vinculado con su incredulidad, la virgen María lo disolvió con su fe »