Devoción a San Pablo: ¡la oración que da la paz!

Devoción a San Pablo: Oh glorioso San Pablo, que de perseguidor del cristianismo pasó a ser un ardiente apóstol del celo. Y quien para dar a conocer al Salvador Jesucristo hasta los confines del mundo ha sufrido con gozo encarcelamiento, azotes, lapidaciones, naufragios y persecuciones de todo tipo. Al final derramó tu sangre hasta la última gota, obtén la gracia para que la recibamos,
como favores de Divina Misericordia, enfermedades, tribulaciones y desgracias de la vida presente, para que las vicisitudes de nuestro destierro no nos enfríen en el servicio de Dios, sino que nos hagan cada vez más fieles y fervientes.

Padre celestial, has elegido a Pablo para predicar tu Palabra, ayúdame a ser iluminado por la fe que él proclamó. San Pablo, te has confiado completamente a Dios después de tu gloriosa conversión. Ayúdanos a saber que nuestra fe se basa en Dios, como tú también lo sabías. San Pablo, ruega por nosotros y pide a Dios que cumpla las intenciones que tenemos en nuestro corazón. Santo San Pablo, enseñaste a otros el mensaje salvador de Jesús, intercede por nosotros para que Cristo viva en nosotros. Ayúdanos a conocerte e imitarte a ti ya tu amor por Jesús Es a través de tus escritos que muchas personas han llegado a conocer a Jesús, que todas las personas conocen y glorifican a Dios a través de tus escritos y tu intercesión.

Ruega por nosotros, apóstol San Pablo, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Oh Dios, enseñaste a la multitud de paganos con la predicación de los benditos Pablo el apóstol. Concédenos, te suplicamos, que seamos los que guardamos su memoria sagrada. Podemos sentir el poder de su intercesión ante ti. Por Cristo nuestro Señor. Glorioso San Pablo, apóstol celoso, mártir del amor de Cristo, danos una fe profunda.

Una esperanza firme, una amor ardiente para nuestra Dios, para que podamos proclamar contigo. Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí. Ayúdanos a ser apóstoles, sirviendo a la Iglesia con corazón puro, testigos de su verdad y belleza en las tinieblas de nuestros días.
Contigo te alabamos Dios nuestro padre: "A él sea la gloria, en la Iglesia y en Cristo, ahora y por los siglos". Espero que hayas disfrutado esto poderosa devoción dedicada a San Pablo.