Devoción a los santos: el pensamiento del Padre Pío hoy 10 de septiembre

5. El credo más hermoso es el que brota de tus labios en la oscuridad, en sacrificio, en dolor, en el esfuerzo supremo de una voluntad infalible para el bien; es lo que, como un rayo, atraviesa la oscuridad de tu alma; es lo que, en el destello de la tormenta, te levanta y te lleva a Dios.

6. Practica, mi querida hija, un ejercicio particular de dulzura y sumisión a la voluntad de Dios no solo en cosas extraordinarias, sino también en esas pequeñas cosas que suceden a diario. Haga acciones no solo por la mañana, sino también durante el día y la noche con un espíritu tranquilo y alegre; y si te pierdes, humíllate, propone y luego levántate y continúa.

7. El enemigo es muy fuerte, y todo calculado parece que la victoria debería reírse del enemigo. Por desgracia, ¿quién me salvará de las manos de un enemigo tan fuerte y poderoso que no me deja libre por un instante, de día o de noche? ¿Es posible que el Señor permita mi caída? Lamentablemente lo merezco, pero ¿será cierto que la bondad del Padre celestial debe ser vencida por mi malicia? Nunca, nunca, esto, mi padre.

8. Me encantaría ser perforado con un cuchillo frío, en lugar de desagradar a alguien.

9. Busca la soledad, sí, pero con tu vecino no te pierdas la caridad.

10. No puedo sufrir de criticar y decir maldad de los hermanos. Es cierto, a veces, disfruto burlándome de ellos, pero el murmullo me pone enfermo. Tenemos tantos defectos que criticar en nosotros, ¿por qué perderse contra los hermanos? Y nosotros, carentes de caridad, dañaremos la raíz del árbol de la vida, con el peligro de que se seque.

11. La falta de caridad es como lastimar a Dios en la pupila de su ojo.
¿Qué es más delicado que la pupila del ojo?
La falta de caridad es como pecar contra la naturaleza.

12. La caridad, de donde sea que venga, es siempre la hija de la misma madre, es decir, la providencia.

13. ¡Lamento mucho verte sufrir! ¡Para quitarle la pena a alguien, no me resultaría difícil dar una puñalada en el corazón! ... ¡Sí, esto sería más fácil!

14. Donde no hay obediencia, no hay virtud. Donde no hay virtud, no hay bien, no hay amor y donde no hay amor no hay Dios y sin Dios uno no puede ir al cielo.
Estos se forman como una escalera y si falta un escalón, se cae.

15. ¡Haz todo para la gloria de Dios!

16. ¡Siempre reza el Rosario!
Decir después de cada misterio:
San José, ruega por nosotros!

17. Te ruego, por la mansedumbre de Jesús y por las entrañas de misericordia del Padre Celestial, que nunca te refresquen en el camino del bien. Siempre corres y nunca quieres detenerte, sabiendo que de esta manera estar quieto es equivalente a volver sobre tus propios pasos.

18. La caridad es el criterio por el cual el Señor nos juzgará a todos.

19. Recuerda que el eje de la perfección es la caridad; quien vive en la caridad vive en Dios, porque Dios es caridad, como dijo el Apóstol.

20. Lamentaba mucho saber que estuviste enfermo, pero disfruté mucho al saber que te estabas recuperando y aún más disfruté al ver florecer entre ti la verdadera piedad y la caridad cristiana que se muestra en tu enfermedad.

21. Bendigo al Dios bueno de los santos sentimientos que te da su gracia. Haces bien en no comenzar nunca ningún trabajo sin pedir primero ayuda divina. Esto obtendrá la gracia de la santa perseverancia para ti.

22. Antes de la meditación, reza a Jesús, Nuestra Señora y San José.