Devoción a los santos: el pensamiento del Padre Pío hoy 11 de agosto

1. - Padre, ¿qué haces?
- Estoy haciendo el mes de San José.

2. - Padre, amas lo que temo.
- No me gusta sufrir en sí mismo; Le pido a Dios, anhelo los frutos que me da: le da gloria a Dios, me salva a los hermanos de este exilio, libera a las almas del fuego del purgatorio y ¿qué más quiero?
- Padre, ¿qué es el sufrimiento?
- Expiación
- ¿Y para ti qué es?
- ¡Mi pan de cada día, mi delicia!

3. En esta tierra cada uno tiene su cruz; pero debemos asegurarnos de que no somos el mal ladrón, sino el buen ladrón.

4. El Señor no puede darme un Cireneano. Solo tengo que hacer la voluntad de Dios y, si me gusta, el resto no cuenta.

5. ¡Ora con calma!

6. Antes que nada, quiero decirte que Jesús necesita a aquellos que gimen con él por impiedad humana, y por esto te guía a través de las dolorosas formas en que mantienes mi palabra en la tuya. Pero que su caridad sea siempre bendecida, que sabe cómo mezclar lo dulce con lo amargo y convertir las penas transitorias de la vida en una recompensa eterna.

7. Así que no tengas miedo en absoluto, pero considérate muy afortunado de haber sido hecho digno y participar en los dolores del Hombre-Dios. Por lo tanto, no es abandono, sino amor y gran amor lo que Dios te está mostrando. Este estado no es castigo, sino amor y muy buen amor. Por lo tanto, bendiga al Señor y resigne a beber de la copa de Getsemaní.

8. Entiendo bien, hija mía, que tu Calvario se vuelve más y más doloroso para ti. Pero piense que en el Calvario Jesús hizo nuestra redención y en el Calvario se debe lograr la salvación de las almas redimidas.

9. Sé que sufres mucho, pero ¿no son estas las joyas del Novio?

10. El Señor a veces te hace sentir el peso de la cruz. Este peso te parece intolerable, pero lo llevas porque el Señor en su amor y misericordia extiende tu mano y te da fuerza.

11. Preferiría mil cruces, de hecho cada cruz sería dulce y ligera para mí, si no tuviera esta prueba, es decir, sentir siempre la incertidumbre de complacer al Señor en mis operaciones ... Es doloroso vivir así ...
Me resigno, pero resignación, ¡mi fiat parece tan frío, vano! ... ¡Qué misterio! Jesús debe pensarlo solo.

12. Ama a Jesús; Lo amo tanto; pero por esto, ama más el sacrificio.

13. El buen corazón siempre es fuerte; sufre, pero esconde sus lágrimas y se consuela sacrificándose por su prójimo y por Dios.

14. Quien comienza a amar debe estar listo para sufrir.