Devoción a los santos: el pensamiento del Padre Pío hoy 31 de julio

3. Bendigo cordialmente a Dios que me hizo conocer a las almas verdaderamente buenas y también les anuncié que sus almas son la viña de Dios; la cisterna es fe; la torre es esperanza; la prensa es santa caridad; El seto es la ley de Dios que los separa de los hijos del siglo.

4. La fe viva, la creencia ciega y la adhesión completa a la autoridad constituida por Dios sobre ti, esta es la luz que arriesgó los pasos hacia el pueblo de Dios en el desierto. Esta es la luz que siempre brilla en el punto más alto de cada espíritu aceptado por el Padre. Esta es la luz que llevó a los Magos a adorar al Mesías nacido. Esta es la estrella profetizada por Balaam. Esta es la antorcha que dirige los pasos de estos espíritus desolados.
Y esta luz y esta estrella y esta antorcha son también lo que ilumina tu alma, dirige tus pasos para que no vaciles; fortalecen tu espíritu con afecto divino y sin que tu alma los conozca, siempre avanza hacia la meta eterna.
No lo ves y no lo entiendes, pero no es necesario. No verá nada más que oscuridad, pero no son las que involucran a los hijos de perdición, sino las que rodean al Sol eterno. Manténgase firme y crea que este Sol brilla en su alma; y este Sol es precisamente el que cantó el vidente de Dios: "Y en tu luz veré la luz".

INVOCACIÓN A SAN PIO

Oh Padre Pio, luz de Dios, ruega a Jesús y a la Virgen María por mí y por toda la humanidad que sufre. Amén.

(3 voltios)

ORACION EN SAN PIO

(por Mons. Angelo Comastri)

Padre Pio, viviste en el siglo del orgullo y fuiste humilde. Padre Pio que pasaste entre nosotros en la era de las riquezas que soñaste, jugaste y adoraste, y seguiste siendo pobre. Padre Pío, nadie escuchó la voz a tu lado: y hablaste con Dios; cerca de ti nadie vio la luz: y viste a Dios. Padre Pio, mientras jadeabamos, te quedaste de rodillas y viste el Amor de Dios clavado en un bosque, herido en las manos, pies y corazón: ¡para siempre! Padre Pio, ayúdanos a llorar ante la cruz, ayúdanos a creer ante el Amor, ayúdanos a sentir la Misa como un grito de Dios, ayúdanos a buscar el perdón como un abrazo de paz, ayúdanos a ser cristianos con las heridas que derraman sangre de la caridad. fiel y silencioso: como las heridas de Dios! Amén.