Devoción a los santos: la invocación a San Giuseppe Moscati para recibir gracias

Oh Señor, ilumina mi mente y fortalece mi voluntad, para que pueda entender y poner en práctica tu palabra. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era al principio y ahora y siempre a través de los siglos. Amén.

De la carta de San Pablo a los filipenses, capítulo 4, versículos 4-9:

Siempre alégrate. Tú perteneces al Señor. Repito, siempre sé feliz. Todos ven tu bondad. ¡El Señor está cerca! No se preocupe, sino recurra a Dios, pregúntele qué necesita y agradézcale. Y la paz de Dios, que es más grande de lo que puedas imaginar, mantendrá tus corazones y pensamientos unidos con Cristo Jesús.

Finalmente, hermanos, consideren todo lo que es verdadero, lo que es bueno, lo que es justo, puro, digno de ser amado y honrado; lo que viene de la virtud y es digno de alabanza. Pon en práctica lo que has aprendido, recibido, escuchado y visto en mí. Y Dios, que da paz, estará contigo.

Puntos de reflexión
1) Quien se une al Señor y lo ama, tarde o temprano experimenta una gran alegría interior: es la alegría que proviene de Dios.

2) Con Dios en nuestros corazones, podemos superar fácilmente la angustia y saborear la paz, "que es más grande de lo que puedas imaginar".

3) Llenos de la paz de Dios, amaremos fácilmente la verdad, la bondad, la justicia y todo lo que "proviene de la virtud y es digno de alabanza".

4) S. Giuseppe Moscati, precisamente porque siempre estuvo unido al Señor y lo amaba, tenía paz de corazón y podía decirse a sí mismo: "Ama la verdad, muéstrate quién eres, y sin pretensiones y sin miedo y sin consideración ..." .

Oración
Oh Señor, que siempre has dado alegría y paz a tus discípulos y corazones afligidos, dame serenidad de espíritu, fuerza de voluntad y luz de inteligencia. Con tu ayuda, que siempre busque lo que es bueno y correcto y dirija mi vida hacia ti, la verdad infinita.

Como S. Giuseppe Moscati, ¿puedo encontrar mi descanso en ti? Ahora, por su intercesión, concédeme la gracia de ..., y luego gracias junto con él.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.