Devoción a los santos: ¡oraciones de mañana, tarde y noche!

En el nombre de nuestro Señor Jesucristo comenzaré este día. Gracias, Señor, por preservarme de la noche a la mañana. Haré todo lo posible para asegurarme de que todo lo que haga hoy sea de su agrado y de acuerdo con su voluntad. Mi querida madre María, cuídame hoy. Mi ángel de la guarda, cuídame. San José y todos los santos de Dios, oren por mí.

Oh Jesús, por el Inmaculado Corazón de María, te ofrezco mis oraciones, obras, alegrías y sufrimientos de este día en unión con el santo sacrificio de la Misa en todo el mundo. También los ofrezco por todas las intenciones de tu sagrado corazón: la salvación de las almas, la reparación del pecado, la reunión de todos los cristianos. Los ofrezco por las intenciones de nuestros Obispos y de todos los apóstoles de la oración, y en particular por los recomendados por nuestro Santo Padre este mes.

De hecho, además de esto, al final de este día les agradezco de todo corazón todas las gracias que he recibido de ustedes, también, lamento no haberlo aprovechado mejor. Lamento todos los pecados que he cometido contra ti. Perdóname, Dios mío, y por favor protégeme también esta noche. Santísima Virgen María, mi querida Madre celestial, tómame bajo tu protección a pesar de todo. San José, mi querido ángel de la guarda, y también todos los santos de Dios, oren por mí. Dulce Jesús, ten piedad de todos los pobres pecadores y sálvalos del infierno. Ten piedad de las almas que sufren del purgatorio.

Alma de Cristo, hazme santo. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, lléname de amor. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, fortaleceme. Buen Jesús, escúchame. Dentro de tus heridas, escóndeme. Nunca dejes que me separe de ti. Del enemigo maligno, protégeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y dime que vaya a ti. Para que con tus santos te alabes. Por toda la eternidad. Bendícenos, Señor, y estos dones tuyos, que estamos a punto de recibir, de tu generosidad, por Cristo nuestro Señor. Amén.