Devoción a la Virgen: la poderosa consagración

Nuestra Señora de la Milagrosa y Gloriosa Reina del Universo, en reconocimiento a tu realeza y para satisfacer tu deseo maternal hoy, nos consagramos total y perpetuamente a nosotros y a nuestras familias a tu Corazón Triste e Inmaculado.
Condena, buena Madre, de acuerdo a tu promesa, de llevarnos bajo tu protección muy especial y hacer llover los rayos de tus gracias sobre nosotros más abundantemente.

Defienda nuestros cuerpos, sane a nuestros enfermos, haga florecer nuestros intereses, pero sobre todo santifique nuestras almas manteniendo la fe en nosotros, aumentando la confianza en nosotros, dándonos la fuerza para observar su santa ley, reinando en el nuestra casa, esa santidad de vida y esa armonía de corazones que reinó en tu Sagrada Familia de Nazaret, para que, en virtud de tu medalla, algún día podamos ser partícipes de esa felicidad eterna asegurada por ti a tus devotos. Amén.