Devoción del día: evita la condenación eterna

¿Qué te falta para salvarte? ¿Extrañas a Dios, su gracia? Pero sabes cuánto ha hecho por ti, con innumerables favores, con los sacramentos, con inspiraciones, con darte la Sangre de Jesús ... Incluso ahora no puedes negar que está muy cerca de ti para salvarte ... ¿Te falta la capacidad? Pero el Ciclo está abierto para todos… ¿Te falta tiempo? Pero los años de vida se te dan solo para salvarte. ¿No es voluntaria tu perdición?

¿Quién te hace condenarte a ti mismo? ¿El diablo? Pero es un perro que ladra, un perro encadenado que no puede morder excepto a los que voluntariamente consienten en sus inicuas sugestiones… ¿Las pasiones? Pero estos no arrastran solo a los que no quieren combatirlos ... ¿Tu debilidad? Pero Dios no abandona a nadie. ¿Quizás tu destino? Pero no, eres libre; por tanto, depende de ti ... ¿Qué excusa encontrarás el día del Juicio?

¿Es más fácil salvarse o ser condenado? Parece difícil salvarse para la vigilancia constante, para la obligación de llevar la cruz, para practicar la virtud; pero la gracia de Dios suaviza muchas dificultades ... ¡Para condenar a los siervos del diablo, cuántas dificultades, remordimientos y contradicciones deben sufrir! Para condenar es necesario actuar contra la conciencia que repele, contra Dios que aterroriza, contra la educación, contra las tendencias del corazón ... Por tanto, es difícil ser condenado. ¿Y prefieres estas dificultades a las cosas necesarias para salvarte?

PRÁCTICA. - ¡Señor, concédeme la gracia de que no me hagas daño!