Devoción del día: el Santo con respecto a la Iglesia

La Iglesia es la casa de Dios. El Señor está en todas partes y en todas partes exige con razón respeto y honor: pero el templo es el lugar que ha elegido para su morada especial. En la iglesia está Su Tabernáculo, Su trono desde el que exige nuestras adoraciones, el Altar de Su sacrificio diario ... ¿Cómo entonces te atreves a entrar en él todo disipado? ¿Cómo te atreves a estar en un lugar tan santo con tanta digresión?

La iglesia es la casa de oración. Por tanto, no es el lugar de hablar, de reír, de disiparse, de perder el tiempo: es la casa de oración. En la iglesia, la tranquilidad del lugar sagrado, el recogimiento de los vecinos, la presencia de la Cruz y el Sacramento disponen el alma a rezar con fervor, y Dios ha dado palabra de que no dejaría sin respuesta nuestra pregunta. ¿Oras en la iglesia? ¿Tus distracciones no son voluntarias?

La iglesia es una casa de santificación. ¡Ay de los profanadores de la iglesia y de las cosas santas! Baldassarre, Antioco, Oza, Eliodoro, son los ejemplos saludables de los terribles castigos de Dios. La iglesia es un lugar santo y bendito; es un lugar de nuestra santificación, y nunca deberíamos dejarlo si no más santificado: ¡ay de ti si saliste condenado por tu vanidad, por tu apariencia, por tu incompetencia! Ay de ti si estuvieras allí para arruinar las almas de los demás ...

PRÁCTICA. - Use una compostura particular en la iglesia: recite tres Pater para aquellos a quienes les ha dado un mal ejemplo en la iglesia.