Devoción del día: imitando la fortaleza de la Sagrada Familia

Te alabamos y bendecimos, oh Sagrada Familia, por la virtud de la fortaleza, demostrada a través de la plena confianza en Aquel que siempre ayuda abundantemente y da vigor a quienes lo invocan.

La debilidad humana, cuando se reviste de la gracia de Dios, se transforma en fuerza de gigantes. La Virgen María creyó y experimentó esta verdad cuando se le apareció el arcángel San Gabriel para anunciarle que se convertiría en la Madre del Salvador del mundo. Al principio se sintió perturbada, porque el mensaje parecía demasiado grande e imposible; pero después de que el mismo San Gabriel explica que nada es imposible para Dios, la humilde Virgen pronuncia estas palabras que constituyen la base y fundamento de una fuerza interior extraordinaria: “Aquí estoy, soy la sierva del Señor. Que me pase lo que dijiste ”. María vivió en sí esa fuerza extraordinaria que viene de Dios y que había aprendido de la Escritura que dice: “Yahvé es fuerza que fortalece montañas, levanta los mares y hace temblar a los enemigos”. O también: "Dios es mi fuerza y ​​mi escudo, en él ha confiado mi corazón y me ha ayudado". Cantando el "Magnificat" la Virgen dirá que Dios eleva a los humildes y da fuerza a los débiles para hacer grandes cosas.

José, con la fuerza de sus manos, obtuvo lo necesario para el sustento de la familia, pero la verdadera fuerza, la del espíritu, le llegó de su ilimitada confianza en Dios. Cuando el rey Herodes socava la vida del Niño Jesús , pide ayuda al Señor, e inmediatamente un ángel le dice que tome el camino a Egipto. Durante la caminata se sintió fuerte de la presencia del Niño Mesías y de una ayuda particular de arriba. Fueron para él y para María un consuelo y una seguridad que los sostuvo en el momento del juicio.

Era una tradición entre los judíos considerar a Dios como la ayuda de los pobres, la viuda y el huérfano: María y José habían aprendido esta tradición directamente de las Sagradas Escrituras que escucharon en la sinagoga; y esta era una razón de seguridad para ellos. Cuando llevaron al Niño Jesús al templo para ofrecerlo al Señor, vislumbraron a lo lejos la sombra aterradora de la cruz; pero cuando la sombra se haga realidad, la fortaleza de María al pie de la cruz aparecerá ante el mundo como un ejemplo de extraordinaria importancia.

¡Gracias, Sagrada Familia, por este testimonio!