Devoción del día: imitemos la espiritualidad de santa Teresa de Ávila

Tibieza del Santo. El Señor, para mostrarte que, a pesar de tus pecados e imperfecciones, puedes convertirte en santo mientras lo desees, permitió que muchos de los santos cayeran desde el principio en el pecado o en la tibieza. Santa Teresa estaba entre ellos; la lectura de libros mundanos y la amistad de la gente mundana la enfriaron en piedad; por eso vio cuál sería su lugar en el infierno si no se convertía. ¿Y no le temes al mundo? ¿Cuándo te convertirás?

Espíritu de oración del Santo. Al pie del Crucifijo comprendió su maldad, y luego, ¡con cuántas lágrimas su Bien, desconocido y no amado, lloró! En la oración, y especialmente en la meditación, buscó la fuerza y ​​la virtud, y las encontró. Durante 18 años se vio seca y desolada, sin saber, sin poder rezar; sin embargo, perseveró y ganó. ¡Cómo en sus escritos enciende a todos a orar! Examine si reza y cómo reza. La oración puede salvarte ...

El serafín del Carmelo. ¡Qué hermoso título se merecía por su amor a Dios! ¡Cuánto disfrutaba decirse a sí misma Teresa de Jesús! ¡Con qué celo y pureza de intención trabajó para su Dios! Mirando el Crucifijo, ¡qué fácil se dice el sufrimiento! Al contrario, suspiró: O sufre o muere ... Tenía recompensas de éxtasis y éxtasis, pero eran recompensas de su seráfico amor. Y siempre estamos hechos de hielo en el amor de Dios ... Sin embargo, podríamos convertirnos en santos ...

PRÁCTICA. - Recitar tres Pater al Santo; imítalo en entregarse de inmediato y todo a Dios.