Devoción del día: incapacidad para agradecer a Dios

Incapacidad para agradecer a Dios. El Señor no le debe nada a nadie; y si él, a pesar de toda su bondad, te concede un solo beneficio, ¿podrás agradecerle dignamente? la eternidad, aunque tuvieras tantas lenguas como arenas del mar, no serían suficientes para agradecerle lo suficiente. Oh Padre, perdóname la deuda: no puedo satisfacerla. Deo gratias, repitieron los Santos, sobre todo Cottolengo.

Remisión de pecados. Después de tantos pecados en los que caes todos los días, ¿todavía puedes esperar el perdón? ¿Te perdonará Dios la enorme deuda que, sin el precio de la Sangre de Jesús, nunca podrías satisfacer? Confianza: Jesús mismo te hace decir a cada momento: Perdona nuestras deudas, porque él anhela perdonarte. ¡Pero quizás abusas de esa facilidad para pecar más! ¡Quizás creas que Dios no se preocupa por tus pecados! Conviértete: si no, lo verás como un juez terrible.

Remisión de la pena de los pecados. ¡La enormidad de la deuda de la pena que sigue a la culpa, sólo la pueden entender los que gimen en el Purgatorio o en el Infierno, donde todo debe pagarse con fuego castigador! Un poco de penitencia te parece una gran cosa, y quizás raras veces practicas alguna mortificación; pero ¿qué es comparado con lo que debes? Ruega de todo corazón al Padre que te perdone esta deuda de castigo; y piensa que, para satisfacerte, Jesús quiso sacrificar su vida en una cruz.

PRÁCTICA. Practica una penitencia; recita cinco Pater.