Devoción del día: nuestro lado débil

Todos lo tenemos. La imperfección y el defecto están ligados a nuestra naturaleza mimada. Todos los hijos de Adán, no tenemos nada de qué jactarnos de los demás; el preferido es soberbio; es una tontería reírse de los defectos de los demás con tantos defectos que nos rodean; mandatos de caridad; Lástima de todos - Pero entre tantas debilidades hay una para cada una, que, como reina, predomina sobre todas; quizás tú, ciego, no lo sepas, pero quien trata contigo sabe decir: Ésta es tu debilidad ... Quizás el orgullo, quizás la impureza, la glotonería, etc.

Cómo se manifiesta. Quien quiera, no encuentra muy difícil conocerle: es ese pecado el que encuentras en todas tus confesiones; es ese defecto más acorde con tu temperamento, el que se produce a cada momento y hace que se cometan frecuentes errores; ese defecto que más te repugna a combatir, que entra más a menudo en tus pensamientos y resoluciones, y excita tus otras pasiones. ¿Qué hay en ti? ¿Qué pecados confiesas siempre?

Cuál es nuestra debilidad. No es solo un pequeño defecto, sino la pasión dominante capaz de llevarnos a una gran ruina si no se corrige. La debilidad de Caín fue la envidia: no combatida, lo llevó al fratricidio. La debilidad de la Magdalena era la sensualidad, ¡y de qué vida extrajo! La avaricia era la debilidad de Judas y por ella traicionó al Maestro ... Tu debilidad del orgullo, de la vanidad, de la ira ... ¿Puedes decir a qué te puede arrastrar?

PRÁCTICA. - Recita un Pater, Ave y Gloria al Espíritu Santo para iluminarte. Pregúntale al confesor cuál es tu debilidad.