Devoción del día: las dos puertas del cielo

Inocencia. Esta es la primera puerta que conduce al cielo. Allí arriba nada se mancha; sólo el alma pura y sincera, semejante al cordero sin mancha, puede llegar al Reino de los Benditos. ¿Esperas entrar por esta puerta? ¿En la vida pasada siempre ha vivido inocente? Un solo pecado grave cierra esta puerta, por toda la eternidad ... Quizás acabas de conocer la inocencia ... ¡Qué lío para ti!

Penitencia. A esto se le llama la mesa de la salvación después del hundimiento de la inocencia; ¡Y es la otra puerta al Cielo para los pecadores convertidos, como para Agustín, para Magdalena! ... ¿No es la única puerta que queda para ti, si quieres salvarte? Es la gracia suprema de Dios que, después de tantos pecados, aún te admita en el Paraíso a través de este nuevo bautismo de dolor y sangre; pero que penitencia haces ¿Qué sufre al descontar sus pecados? Sin penitencia no serás salvo: piénsalo ...

Resoluciones. El pasado te reprocha pecados continuos, el presente te aterroriza con la pequeñez de tu penitencia: ¿qué solucionas para el futuro? ¿No te esforzarás por mantener una de las dos puertas abierta? 1 ° Confiesa inmediatamente los pecados que guardas en tu conciencia para purificar tu alma. 2 ° Proponer no permitir nunca más el pecado mortal que roba la inocencia. 3 ° Practica alguna mortificación, sufre con paciencia, haz el bien, para no cerrar la puerta de la penitencia.

PRÁCTICA. - Recíteles la Letanía de los Santos, o tres Pater, para que le den la entrada al Cielo.