Devoción del día: los tres preparativos para la Navidad

Preparación mental. Considere el fervor que todos se despiertan para prepararse para la Navidad; la gente viene a la iglesia más, ora más a menudo; es una fiesta muy especial de Jesús… ¿Solo tú permanecerás frío? ¡Piensa en cuántas gracias te privarías, haciéndote indigno, con tu descuido, de disponer tu corazón para el nacimiento espiritual del Niño Jesús! ¿No sientes que lo necesitas? Piensa en ello y prepárate con gran empeño para recibir tales gracias.

Preparación del corazón. Miras la choza: ese Niño encantador que llora en un pobre pesebre, ¿no sabes que es tu Dios, que bajó del Cielo para sufrir por ti, para salvarte, para ser amado? Al mirar la inocencia de ese niño, ¿no siente que le roban el corazón? Jesús quiere que lo ames o al menos tú quieres amarlo. Así que sacude tu pereza, tu negligencia: ferviente en la piedad, prepárate con el mayor amor.

Preparación práctica. La Iglesia nos invita a prepararnos para fiestas solemnes, con novenas, con ayunos, con indulgencias; las santas almas, preparándose con fervor para la Navidad, ¡qué gracias y qué consuelos no recibieron de Jesús! Preparémonos: 1 ° Con la oración más larga y ferviente, con frecuentes eyaculaciones; 2 ° Con la mortificación diaria de nuestros sentidos; 3 ° Haciendo un buen trabajo en la Novena, o una limosna, o un acto de virtud. ¿Lo propones? ¿Lo harás constantemente?

PRÁCTICA. - Recita nueve Avemarías; hace un sacrificio