Devoción del día: tomemos el ejemplo del Niño Jesús

Cama dura del Niño Jesús. Considere a Jesús, no ya en la hora extrema de Su Vida, clavado en el duro lecho de la Cruz; pero míralo cuando nazca, tierno bebé. ¿Dónde lo pone Mary? Sobre un pedacito de paja ... Las suaves plumas donde descansan los tiernos miembros de un recién nacido por miedo al sufrimiento no son para Él; Jesús ama y elige la paja: ¿no siente los piercings? Sí, pero quiere sufrir. ¿Entiendes el misterio del sufrimiento?

Nuestra repugnancia al sufrimiento. Una inclinación natural nos empuja a disfrutar y evitar todo aquello que sea motivo de sufrimiento. De ahí que siempre busquemos nuestras comodidades y conveniencias, nuestro gusto, nuestra satisfacción; luego un continuo quejarse de todo: el calor, el frío, el deber, la comida, la ropa, los familiares, los superiores, todo nos aburre. ¿No hacemos esto todo el día? ¿Quién sabe vivir sin quejarse de Dios, de los hombres o de sí mismo?

El Niño Jesús se enamora del sufrimiento. Jesús inocente, sin estar obligado a hacerlo, quiso sufrir desde la Cuna a la Cruz; y, desde los pañales, nos dice; o Mira cómo sufro ... Y tú, hermano mío, discípulo mío, ¿intentarás siempre disfrutar? ¿No quieres sufrir nada, ni la más mínima tribulación sin quejarte, por mi amor? Sabes que yo no sé como mi seguidor si no quien lleva la cruz conmigo… ”, ¿Qué propones? ¿No prometes usar la paciencia como Jesús con la paja?

PRÁCTICA. - Recitar tres Pater a Jesús; ten paciencia con todos.