Devoción del día: tres cosas que debes saber

La vida pasa. La infancia ya pasó; la juventud y la virilidad puede que ya hayan pasado; Cuanta vida me queda? Quizás ya haya pasado un tercio, dos tercios de la vida; quizás ya tenga un pie en el hoyo; y como uso el poquito de vida que me queda? ¡Todos los días se me escapa de la mano, desaparece como una niebla! Dom; la última hora nunca regresa, y ¿por qué no me importa? ¿Por qué siempre digo: mañana me convertiré, me enmendaré, me convertiré en santo? ¿Y si mañana ya no es para mí?

Llega la muerte. Cuando menos lo esperas, cuando parece más improbable, en medio de los proyectos más floridos, la muerte está detrás de ti, espía en tus pasos; en un instante te vas! En vano huyó de él, en vano me esforcé por evitar cualquier peligro para tu salud, en vano te cansas de vivir muchos años; la muerte no forma antecámara, vibra el golpe, y todo se acaba para ella. ¿Cómo piensas sobre ello? ¿Cómo te preparas para ello? Hoy puede llegar; estas tranquilo de conciencia?

La eternidad me espera. Aquí está el mar que se traga cada río, la eternidad ... Dejo una vida corta, para lanzarme a una vida eterna, sin fin, sin cambiar, sin dejarla nunca. Los días de dolor parecen largos; interminables son las noches para los lánguidos; ¿Y si me espera la eternidad del Infierno? ... ¡Qué espanto! Sufrir siempre, siempre ... ¿Qué haces para escapar de un castigo tan horrible? ¿No quieres abrazar la penitencia para alcanzar la bendita Eternidad?

PRÁCTICA. - Piensa a menudo: la vida pasa, llega la muerte, la eternidad me espera.