Devoción del mes de julio: consagración a la preciosa sangre de Jesús

Señor Jesús, que nos ama y nos has liberado de nuestros pecados con tu sangre, te adoro, te bendigo y me consagro a ti con fe viva.

Con la ayuda de tu Espíritu me comprometo a dar de toda mi existencia, animado por el recuerdo de Tu Sangre, un servicio fiel a la voluntad de Dios para el advenimiento de Tu Reino. Por tu sangre derramada para remisión de los pecados, límpiame de toda culpa y renuévame en mi corazón, para que la imagen del nuevo hombre creado según la justicia y la santidad resplandezca cada vez más en mí.

Por Tu Sangre, un signo de reconciliación con Dios entre los hombres, hazme un instrumento dócil de comunión fraterna. Por el poder de tu sangre, prueba suprema de tu caridad, dame el coraje de amarte a ti y a tus hermanos para el regalo de la vida. Oh Jesús Redentor, ayúdame a llevar la cruz diariamente, porque mi gota de sangre, unida a la tuya, es beneficiosa para la redención del mundo. Oh Sangre divina, que vivifica el cuerpo místico con Tu gracia, hazme la piedra viva de la Iglesia.

Dame la pasión por la unidad entre los cristianos. Infunde en mi corazón un gran celo por la salvación de mi prójimo. Despierta numerosas vocaciones misioneras en la Iglesia, para que todos los pueblos se den a conocer, amar y servir al verdadero Dios. Oh Preciosísima Sangre, signo de liberación y vida nueva, concédeme conservar en la fe, la esperanza y la caridad, para que , marcado por Ti, que salga de este exilio y entre en la tierra prometida del Paraíso, para cantarte mi alabanza para siempre con todos los redimidos. Amén.