Devoción y Arrepentimiento: ¡La mejor oración para disculparse y empezar de cero!

Porque eres glorificado con tu padre, que no tiene principio, y tu espíritu santísimo, oh Señor, rey celestial, consolador, espíritu de verdad, ten compasión y misericordia de mí. Tu siervo pecador. Perdóname y perdona a los indignos. Todas las cosas que he pecado como hombre (y también como bestia), tanto voluntarias como involuntarias, en el conocimiento y la ignorancia de mi juventud.

De aprender el mal y el vacío o la desesperación si juraba por tu nombre o lo manchaba en mi razonamiento te deshonraba. Si he maldecido a alguien con mi ira o lo he entristecido, he deshonrado mi alma. Además, si me enojaba por algo, si mentía, si dormía inapropiadamente, pecaba. Si un pobre vino a mí y lo desprecié, si entristecí a mi hermano, o frustré o juzgué a alguien, ten piedad de mí.

En caso de que me hinchara de orgullo, hice algo mal, perdóname. Si dejé de orar haciendo algo verdaderamente atroz en mi espíritu, no lo recuerdo, ¡porque cometí aún más! ten piedad de mí, mi maestro creador, soy tu sirviente indigno e inútil. Incluso cuando rezo por la noche, siempre me siento en deuda de amor hacia ti, así que te pido con el alma rota que trates de reconstruir mi equilibrio y me muestres el camino a la salvación.

Porque solo tú, Santísimo y glorioso Padre, conoces el camino recto. Muéstrame. Perdona, perdona y disuelve mis pecados, porque tú eres la humanidad amable y amorosa de tu creación. Que descanse en paz y duerma aunque sea pródigo, pecador y miserable. Para que pueda adorar, alabar y glorificar tu nombre más honorable, junto con el padre y su hijo unigénito. Perdóname, pues, padre misericordioso. Te quiero